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Conciliando

La tentación de Paduana

DILO tú también, dilo. Tú te has dormido en la noche de la final y… además en el popurrí del segundo coro. Es el peor momento. A las diez de la noche tú te sientas con muchas ganas, que si el caldito del puchero… a mí en la final me gusta ponerle babetas, como un detalle de gaditanismo, que si la tortilla papa, que si una cervecita, que si un yogú de pera… total que te tragas la Coroterapia, casi sin darte cuenta.

Llega entonces el temido momento del sofá. Ya te has puesto el pijama, ese calentito que te conoce tan bien, las zapatillas mulliditas y puedes caer en la tentación de echarte una mantita por lo alto… no lo hagas que caerás antes.

Te ríes con la chirigota, te levantas a hacer pipí con el cuarteto y haces un poquito de zapping. Te pones un café porque empiezas a notar la cosa chunguita e incluso te atoras con alguna arvellana con los nervios de que va a cantar Martínez Ares… Incluso te levantas con el segundo pasodoble, como cuando en el furbo el Cádi ataca por la izquierda, centra y… lo de siempre despeja la defensa.

Pero después de los grandes momentos vienen las caídas. El comentario de las mejores jugadas de Martínez Ares, el rajerío de tu cuñao que es derrotista de El Almendro, como le dicen a Antonio porque ha vuelto a casa por Carnaval y el salto de tu niña la chica en tu barriga, más bien pa joé, te animan…pero viene el descanso.

¿Un gintoni te va a poné?... no lo hagas, peligro. Un gintoni, que tiene efecto calmante y dos tangos de coro, que tienen efecto fulminante son letales para tus aspiraciones. Sólo los grandes aficionados lo aguantan. Yo me confieso, yo no lo aguanto. Siempre caigo en el segundo coro igual que también me costaba resistir para ver la salida del Perdón en el Jueves Santo, cuando en Cádiz todavía no se llamaba Madrugá…que lo de madrugá es lo que hacían los obreros de la Construcción.

Este año sé que me volveré a dormir en el segundo coro. Me avergüenza decirlo. No soy gaditano de pellizco, de esos que resisten hasta que el jurado dice el veredicto y después se visten y se van a comer churros a la plaza… eso es todo leyenda… la mayoría no comemos churros, sino que estamos hechos un churro en el segundo coro.

Mañana sábado se valiente. Dilo. Te quedaste dormío en el segundo coro. Se te escuchó roncar al ritmo de la bandurria. A ti desde el dormitorio te llama la manta Paduana. Tú caíste en la tentación no en la de Jesuscristo… sino en la de Paduana, que es mucho más turbadora.

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