Libre directo

De qué nos reimos

NUESTRA España es diferente/ bien que lo dice el slogan/ nuestra patria ha sido siempre/ muy diferente de todas./ Porque aquí el varón/ se casa con la hembra/ y no cambiará por mucha agua que llueva./ Eso queda en tu nación/ que nada extraña/ donde se confunde el sexo/ si eso es progreso/ yo soy de España/ y a mí me espera mi Lola/ sola en su alcoba/ como Dios manda"

Eso decía el pasodoble de 'Los Tarantos' en 1970, refiriéndose a las primeras noticias que venían de Inglaterra acerca de los matrimonios entre personas del mismo sexo. No se podía esperar mucho más de un país cerril, cejijunto y mal afeitado, en el que la patria, el honor y la virilidad reposaban en el lecho conyugal, como Dios manda: "Si aprobáis legalmente/ entre varones el matrimonio/ es porque seguramente/ no habéis leído nunca El Tenorio". No sé, tal vez leían otras cosas...

Lo cierto es que ahora esa letra da un poquito de vergüenza, pero lo que abochorna de verdad, y mucho, es que todavía hoy en 2014 se sigan cantando en el concurso del Falla unas letras tan homófobas que parecen escritas por cualquier obispo paleolítico, perdón por la redundancia.

Salvo meritorias y arriesgadas excepciones ('Juana la loca'), una constante del carnaval oficial ha sido la ridiculización del homosexual. Tanto como ese ya clásico canto a la mujer gaditana, que casi siempre ha chapoteado y chapotea en los tópicos más cutremachistas. O como hacer gracietas de los defectos físicos, cuando no directamente de la discapacidad.

En fin, es el carnaval de la ciudad cuna de la libertad. La pregunta es: cuánto tiempo tardaremos en avergonzarnos de todo eso.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios