canelo y yo

Al progenitor del Canijo

HOLA, soy Canelo, el perro del Canijo. Como veis, otra vez he tenido que ponerme a hacerle la columna del Diario del Carnaval, pero esta vez la razón está más que justificada. El pasado sábado mientras estaba ensayando recibió una llamada de su hermana que le comunicó que su padre estaba siendo ingresado en urgencias. Tras quedarse en blanco durante varios minutos, decidió coger el coche y volverse a Sevilla, a pesar de que ese día cantaba el coro de Julio Pardo y la comparsa de Los Majaras, es decir, "su" coro y "su" comparsa, a los que venera como su club, sin "forofismos" y con mucho cariño. Ese cariño que sólo se le puede tener a esos amigos, que antes de ser amigos fueron tus dioses.

Yo, que hablo con el, bueno yo no hablo el que habla es el, sé que tiene una opinión negativa acerca de los malos rollos que se producen en el carnaval, y también en cualquier tipo de actividad donde haya competitividad, intereses variados, y otro tipo de factores tan intrínsecamente humanos. Sin embargo, sé que le ha sorprendido muy positivamente la cantidad de llamadas y de mensajes de compañeros, amigos y no tan amigos, preocupándose por el estado de salud de su progenitor. Esta mañana lo he visto afeitarse y yo, que le leo el pensamiento, me he dado cuenta de lo agradecido que se ha sentido con el mundo del carnaval por este hecho. Ese carnaval, que le ha traído tantas cosas buenas, (su mujer que vale mucho más que él, sus hijas que son mucho más guapísimas que él, incluso algunas oportunidades laborales), le ha vuelto sorprender gratamente.

El progenitor del Canijo se parece mucho al Canijo. Es otro gordo sensible y muy trabajador. El Canijo se cachondea de él muchas veces porque fue tuno. El canijo no es racista, pero con los tunos hace una excepción. Esto es debido a que durante su infancia, tuvo que soportar estoicamente durante muchas nochebuenas que su padre sacara el laud y obsequiara a él y a su familia con alguna perla musical como Clavelitos. Terminó cogiéndole cariño a ese momento entrañable, sobre todo cuando les visitaba alguien que no les caía bien y lo animában maliciosamente con el grito de "¡qué saque el laud!". Con la tuna cantó en el Falla, y tiene fotos con la Diosa. Al igual que el hijo liga menos que el nitrógeno. La prueba es que las cintas de su capa tiene muchos mensajes amorosos bordados con diferentes nombres de mujer.... pero eso sí, todos con la misma letra, la de mi madre. Hoy le voy a mandar mucha fuerza desde aquí, sobre todo por que sé que a él le gusta leer lo que escribe su hijo , o el perro de su hijo, para después corregirlo y adaptarlo a su propia línea editorial, basada en una publicación que llegaba todas las semanas a su casa cuando el Canijo era niño, y que solía esconder, ante cualquier visita: el Mundo Obrero.

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