En un día apenas sin caras conocidas, dos agrupaciones aprovecharon para confirmar las buenas sensaciones dejadas el año pasado y postularse como alternativas en sus respectivas modalidades. El supercoro y la comparsa de Nene Cheza Los ruinas destacaron en una sesión bastante floja en la que también demostraron buen nivel la chirigota El título es lo de menos y las comparsas Los arreglamundos y De un plumazo.

Un poco de diversión para comenzar. El supercoro se metió al público en el bolsillo con su estilo alegre y desenfadado y confirmó su buena progresión, tanto en letras y música como en voces. La modalidad tiene el futuro asegurado con ellos.

Otra agrupación que demostró buenos mimbres fue la chirigota sevillana El título es lo de menos. Con un tipo de denunciaba la precariedad laboral de los jóvenes recién licenciados demostraron simpatía y buen gusto. Tras ellos volvió a las tablas después de un año de ausencia la comparsa algecireña Los arreglamundos, con un buen currículo carnavalesco a sus espaldas. Bonito mensaje y correcta actuación la suya.

La discreta chirigota Los superolvidaos (que vino a confirmar que el tipo de super héroe en este Carnaval está de moda) precedió a la comparsa Los ruinas, semifinalista en 2008 con El último escuadrón. Estupendas voces y exquisita afinación para un grupo que aportó dos buenos pasodobles, lo más destacado de su actuación. De nuevo una agrupación a tener en cuenta.

Poco destacable tras el descanso. El tipo de equipo de baloncesto con aires flamencos fue lo mejor de la chirigota sanluqueña Los taranto raptors, no tan buena en letras. Bastantes problemas de vocalización y afinación sufrió la comparsa barbateña El clan de los indomables, muy discreta.

La chirigota Al otro lado del túnel (los ginecólogos) confirmó en sus coplas todo lo que prometía su nombre: aprovecharon su tipo para quedarse a gusto diciendo barbaridades. De muy mal gusto todas sus letras, pocos repertorios tan soeces se han escuchado en este teatro. Ese no es el camino.

Por su parte, la comparsa De un plumazo, penúltima en saltar a las tablas, dejó un buen sabor de boca gracias a su cuidada música y su conjunto de voces. Cerró esta larga noche de coplas la chirigota portuense Fría, tiesa y dura, pero con buena envergadura, con un original tipo de estatuas pero poco más.

Con ellos concluyó la antepenúltima sesión de esta agotadora fase preliminar, en una función que sirve para recordar que lo mejor está aún por llegar.