Sevilla, madre y maestra en todos los órdenes de la vida, exporta una de las mejores fiestas del Universo: la feria de abril.

Media Andalucía, la parte más culta y señorial, se dispone en estos días a preparar sus fiestas al estilo de Sevilla. Las mujeres dan los últimos toques a los trajes de faralaes, los hombres calzan sus botos, y ya están hechas las oportunas reservas de jamón de pata negra y manzanilla fina de Sanlúcar.

¿Y Cádiz? La en otro tiempo culta, fina y señorial ciudad de Cádiz, ¿qué exporta?. Pues grasa y pringue. No exagero. Lean ustedes el Diario y podrán comprobar que en el hermosísimo pueblo bañado por el río Iro celebra en un solo día los siguientes acontecimientos: 'menudá', 'costillá', 'berzá', 'mejilloná', 'chistorrá', 'papita aliñá', 'butifarrá' y 'chorizá'. Todo ello con el apellido popular, que traducido resulta que lo paga el Ayuntamiento de turno.

Aún no hemos exportado los de la 'cabronada popular', que así se llama un evento gastronómico que se celebra en el Mentidero, pero todo se andará.

No me gusta comparar. Pero usted, querido seguidor de estas líneas y hartito ya de Carnaval, dígame con sinceridad lo que prefiere: un langostino de Sanlúcar o un plato de paniza en la calle Plocia.

No hay color.