A una de las pioneras y principales representantes de la mujer en el Falla, Adela del Moral, no le faltan anécdotas, y son "muchísimas" a lo largo de su trayectoria con el primer coro mixto .

-¿Cómo fue ese primer año con mujeres cantando en un coro sobre las tablas?

-Estábamos muy contentas, y fíjate que en la calle recibimos más miradas de las propias mujeres que de los hombres. No habíamos ensayado mucho porque no pensábamos ir al Teatro, y ya allí una se equivocó, se puso la mano en la boca y todo, y nos reímos mucho. No teníamos experiencia ni nada.

-¿Cuál es una de las anécdotas más bonitas o emocionantes que recuerda?

-Pues el tercer año, con el coro 'La tertulia de Doña Fresquita' nos aplaudieron en medio del tango. Fue la única vez que nos sucedió eso y recuerdo que cuando terminamos les dije a los compañeros: "¿Habéis disfrutado? Porque puede ser que esto no ocurra más en la vida". Y así ha sido.

-¿Y se acuerda de la más graciosa?

-Pues por ejemplo, con el 'Imperio Inca', los bajos se quedaron pegados a los bancos en los que cantaban y los dejaron allí un rato. O cuando ganamos el primer premio con 'Watussi' me cogieron en brazos y me di un coscorrón con todo el techo. Ah, y también, en un popurrí mi hermana estaba fatal, que se desmayaba. Le pedimos una pastilla y cuando se la trajeron disuelta en una botella, vino uno y se bebió el líquido creyendo que era solo agua.

-También ha habido momentos desagradables...

-Lo más negativo, cuando vi la parte fea de esto, fue en el año de 'La viudita naviera', que pasamos a la Final. Fuimos tercer premio, pero el grupo que no había pasado nos tiró cosas en la presentación y nos insultaron. Sin embargo, con el tiempo se comprobó que fue uno de nuestros mejores coros.

-¿Los buenos recuerdos no le hacen pensar en volver?

-No, tiene que ser una cosa que me haga mucha ilusión. Ya terminó, nadie apostaba por nosotros y al final... sí nos apoyaron siempre Pepe Benítez y el Quini.