POR fin hay algo de relieve en este Carnaval mediocre, en el que no hay nada digno de mención. Y es que la cosa se calienta con dos acontecimientos que pueden dar mucho juego y propiciar, sobre todo, que el lector se de cuenta de que esta fiesta no vale nada. Lo primero es que a Fernando Santiago le ha dado por meterse con El Gordo, y el gordo, que es peso pesado, le ha arreado un bimbay en estas páginas que le ha dejado tieso. Mala cosa; aunque yo defiendo a Fernando Santiago porque muchas veces coincide conmigo en sus postulados, mal enemigo es El Gordo. Aunque El Stalin de pacotilla es muy viajado, El Gordo tiene una cosa que carece el Neruda del vómito y es talento, y mucho me temo que termine cantando la gallina nuestro simpático coleccionista de amigos. Dale fuerte Santiago, y cierra España.

Lo segundo es lo de la letra de El Taca. Ya se pronunciarán los juzgados, pero lo importante es que los poetas vayan dándose cuenta de que no todo vale y que no se puede herir a los demás. Cuidadito con las plumas, que las cargas el diablo. Y hablando de plumas… Los autores Pepe Mata y Miguel Villanueva han cuestionado la reclamación judicial y apoyan al denunciado letrista de los famosos: A ver si dan la cara también a la hora de pagar las indemnizaciones de la condena judicial.