Entre Chiclana y Conil encontramos un lugar muy especial donde muchos se refugian del levante gaditano. Se trata de la urbanización de Roche, que cuenta con un litoral costero a los pies de sus acantilados que son la auténtica joya de la costa gaditana. Cuando sopla el viento de levante ir a la playa puede resultar una misión casi imposible, pero a algunos eso no les frena y salen a la búsqueda de los mejores rincones donde refugiarse de este molesto viento. 

Las calas de Roche son uno de los lugares ideales para estar al resguardo del levante. Desde la urbanización hasta la Cala del Aceite encontrarás hasta siete playitas delimitadas por acantilados y rocas que permiten pasar un día de playa sin ápice de viento. La más famosa de todas es la Cala del Aceite, que se encuentra junto al puerto pesquero de Conil y es una de las más grandes. Está orientada al sur por lo que el viento de levante es menos molesto al no levantar arena. Sus aguas azul turquesa se funden con su dorada arena y la hace una de las más bonitas de esta zona. 

Vistas desde Cabo de Roche

En los acantilados de Roche también podrás ir descubriendo diferentes calas. Las primeras son la Cala Encendida y la Cala de Roche, ambas delimitadas por acantilados y rocas; entre sus peculiaridades es que para cruzar de una a otra hay que hacerlo cuando la marea está baja por la orilla desde el Timón de Roche. El resto de calas irán sucediendo desde donde se encuentra el Hotel Ilunion Calas de Conil hasta el mirador Cabo de Roche. Desde los acantilados podrás encontrar los diferentes accesos para bajar a las calas que se encuentran resguardadas del viento. El Frailecillo, Cala Enebro, Cala del Pato, Cala del Tío Juan Medina y la Cala del Faro, son el resto de calas donde podrás refugiarte del levante gaditano y pasar un buen día de playa.