Resultado del Alcorcón-Cádiz CF

Castigo a las rotaciones (3-0)

  • El Cádiz sufre un duro revés, el primero de la temporada, con una segunda unidad que naufraga de principio a fin

  • El equipo sufre tres expulsiones y dos penaltis, pero pierde con toda justicia y se cae del liderato

Garrido intenta frenar el avance de Laure en una acción del Alcorcón-Cádiz.

Garrido intenta frenar el avance de Laure en una acción del Alcorcón-Cádiz.

Se pasó de rosca Álvaro Cervera con tanta rotación. Justo el día que hizo múltiples variaciones, sobre todo arriba, llegó el primer revés de la temporada para el Cádiz CF que conllevó la pérdida del liderato. Lo de menos es perder el primer puesto en una Liga que aún se halla en su fase inicial. El problema es la forma. Y las formas no pudieron ser peores.

Un guantazo en toda regla recibió un equipo que mereció la derrota aunque el castigo fue demasiado severo en una noche en la que todo salió mal. Partido deficiente, arbitraje nefasto, dos penaltis en contra, mala fortuna y tres jugadores expulsados: Bodiger, Lozano y Espino.

La revolución en la alineación no alteró el dibujo. 4-4-2 con jugadores pocos habituales y hasta siete cambios en el once en relación al último partido. Auténtico plan B que nunca llegó a funcionar. No quiso Álvaro Cervera exprimir a muchos de los titulares y tiró de plantilla.

Los gaditanos, de azul para evitar coincidencia de colores, aplicaron el método que trabajan en los entrenamientos: Presión, repliegue e intensidad. Fútbol, muy poco por ambos bandos y choques en cada acción. Muchas faltas y continuas interrupciones que oscurecieron el desarrollo de un duelo escasísimo de calidad.

Predominó el juego directo, en el caso de los visitantes con balones largos y aéreos que buscaron a David Querol y Choco Lozano, poco atinados.

El partido derivaba en un auténtico tostón. Pelea, toda la del mundo. Llegadas al área, ni por casualidad. Y ocasiones, ¿ocasiones? Pocas, por no decir ninguna. En el minuto 11, David Gil, que debutó en Segunda División A, detuvo sin problema un disparo lejano de Reko.

Los de Cervera se dedicaron a contener y a esperar su momento, que no terminaba de llegar. Lejos de ir a más, se fueron apagando mientras los locales crecieron hasta el extremo de que David Gil se convirtió en el hombre más valioso de su equipo. En el 24 y el 30 evitó el 1-0 con buenas intervenciones tras dos misiles de Reko.

El cancerbero sostuvo a los suyos en los momentos más complicados. Impidió que el Cádiz se viese por debajo en el marcador. Porque el único que tiró a puerta en la primera parte fue el Alcorcón, en concreto Reko con frecuentes apariciones en la frontal del área.

La única aproximación digna de mención que hicieron los visitantes en ataque sí generó peligro, aunque sin llegar a rematar. En el 32, David Querol centró con precisión al corazón del área, el balón se paseó delante de la portería y Lozano no lo alcanzó por centímetros al ser estorbado por Elgezabal.

Visto lo visto, con un Cádiz timorato, muy pobre en todas sus líneas, el 0-0 parecía el mejor resultado para tomar un respiro en el vestuario, pero Garrido cometió un grave error en el 44 al derribar a Stoichkov dentro del área.

El penalti fue tan tonto como justo. El atacante local estaba de espaldas a la portería, se disponía a salir del área y no dudó en llevar su cuerpo al suelo cuando sintió el claro contacto de Garrido. Penalti infantil que el colegiado no dudó en señalar. El sanroqueño, cedido por el Mallorca, no perdonó desde los 11 metros con un lanzamiento raso con el que alojó el cuero en la portería junto a un poste.

El 1-0 recompensó a un cuadro local que, sin hacer nada del otro martes, fue el que más buscó el gol mientras el Cádiz anduvo desaparecido en combate sin mirar a puerta.

Si el partido ya estaba cuesta arriba, se puso imposible en un arranque de segunda parte horripilante, cuando el Cádiz se quedó con un jugador menos y se topó con el 2-0. Si un medio Garrido, había fallado en la primera mitad con el penalti, otro centrocampista, Bodiger, cometió un error de bulto en la reanudación.

En el minuto 50, el francés pisó el tendón de Aquiles a un rival y aunque en primera instancia recibió cartulina amarilla, el árbitro consultó el monitor a instancias del VAR y rectificó para transformar la tarjeta en roja.

Pero ahí no quedó la cosa. Del saque de falta nació el 2-0. Balón colgado al área desde la derecha, Lozano tira mal el fuera de juego y Stoichkov, otra vez él cabeceó el esférico con precisión al palo contrario de donde estaba David Gil.

La reacción de Cervera fue meter en el campo a dos de los fijos, Álex Fernández y Salvi. El técnico dejó una defensa de tres en busca de la épica, pero no siempre hay milagro. Algún centro al área y poco más. Demasiado tarde.

Por si quedase duda del desastre, en el 66 llegó el tercer gol que convirtió la derrota en inevitable. De nuevo de penalti y una vez más el omnipresente Stoichkov, trabado por Espino dentro del área cuando se disponía a fusilar delante del arquero. El gaditano le cedió el lanzamiento a Ernesto, que firmó el 3-0 al engañar a David Gil.

El resto del partido ya sobraba. Lo intentó el Cádiz con la misma inoperancia, la tónica general durante toda la noche en un encuentro para olvidar.

Los de Cervera por fin hicieron intervenir a Dani Jiménez. Hasta el minuto 73 no fue el balón a puerta pero por un cabezazo de Harper que desvió su portero mientras Sergio Sánchez era agarrado con claridad por Laure. Un penalti como una casa que no apreciaron ni el árbitro ni el VAR.

Sagués Oscoz no tuvo ninguna duda dos minutos más tarde en expulsar a Lozano (segunda amarilla) al interpretar que empujó al guardameta. Demasiado rigurosa la roja. No fue el día del Cádiz, de Lozano ni del árbitro, que también se excedió el echar a Espino en el 91 por la segunda tarjeta. Que llegue pronto el sábado.

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