Cádiz CF

El Cádiz CF tritura la tesis de la posesión

José Mari intenta frenar el avance de Kroos con el balón.

José Mari intenta frenar el avance de Kroos con el balón. / Europa Press

El Cádiz CF se empeña en demostrar que la posesión del balón no es lo realmente importante en el fútbol. Y sus argumentos adquieren peso al otro lado de la balanza del tiqui taca. Lo lleva haciendo en los últimos años con tanta insistencia como éxito y lo repitió el sábado 17 de octubre en el estadio Alfredo Di Stéfano con una victoria (0-1) inolvidable contra al Real Madrid que causó un notable impacto mediático.

El todopoderoso conjunto blanco acumuló el 75 por ciento frente al 25 de los gaditanos, una abismal diferencia que a la hora de verdad no tuvo reflejo en el marcador. Los madrileños se atascaron con el cuero, atrapados en la pegajosa telaraña amarilla.

¿Cuántos partidos se ha adjudicado el Cádiz CF con una escasa tenencia del esférico? La mayoría los ha ganado con el mismo método: no tiene reparos en ceder la pelota al contrario para aprovechar las transiciones de vértigo para dar un golpe certero.

Pese a que el balón perteneció casi todo el tiempo a la escuadra de Zinedine Zidane, el Cádiz CF sumó el mismo número de remates que su oponente: 14. La efectividad de los amarillos fue la que le otorgó el triunfo: un 7 por ciento frente al cero de los merengues, que no vieron puerta. Es la prueba empírica de que el acierto es la clave más allá que tocar el balón de un lado a otro sin poder traspasar la muralla.

Hay un dato más que refleja el daño que causaron los gaditanos a los madrileños con una posesión muy inferior. Los de Álvaro Cervera, aunque no se aliaron en demasía con el cuero, llegaron a lanzar el doble de saques de esquina que su adversario (11-5).

El Cádiz CF, con su eficaz sistema que le ha valido para dos ascensos en los últimos cuatro años (de Segunda División B a Primera), persiste en su idea y tritura la tesis de que la posesión es la vía hacia la gloria.

Lo que cuenta es ganar y hay múltiples caminos que conducen al triunfo. Los amarillos tienen claro cuál es el suyo, lo recorren con paso firme, aplican su método a rajatabla y exprimen todo el sudor como si cada acción del juego fuese la última de sus vidas. Con sus limitaciones, pero también con sus virtudes, que no son pocas las de un equipo modesto que pretende crecer el máxima categoría.

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