El movimiento alrededor de Diego González fue constante durante la temporada pasada. Además de su papel como una de las grandes promesas de la cantera cadista, el chiclanero fue protagonista de momentos de amor y odio con la entidad que afortunadamente forman ya parte del pasado. Es así porque ayer, por fin, consiguió firmar un contrato profesional con el Cádiz. De esta forma se pone punto y final a muchos meses de desencuentros en los que el jugador ha estado prácticamente apartado o entrenando con los juveniles bajo el mayor de los olvidos. Diego González se une, contractualmente hablando, a otras promesas de la cantera amarilla como José Antonio, José Mari y Galindo, que cuentan con un acuerdo similar al suyo.

Diego González sigue siendo juvenil en la presente campaña, todo un lujo con los pasos que ya ha dado tanto en el Cádiz B como en el plantel profesional, con el que debutó el 11 de noviembre del año pasado en un Albacete-Cádiz (1-0) en el que jugó los últimos cinco minutos al sustituir a Aitor Núñez. Alberto Monteagudo, entonces técnico cadista, mostró mucha fe en un canterano al que tuvo entrenando con los profesionales desde el inicio de la pasada temporada.

Raúl Agné, actual preparador de la escuadra gaditana, conoce muy bien sus condiciones y sabe que la fortaleza física del polivalente jugador se asemeja mucho al perfil del futbolista que quiere en su proyecto. No hay que olvidar que, salvo de portero, a Diego se le ha visto jugar en todas las demás posiciones. A Pepe Bermúdez, entrenador del filial, le puede venir de perlas el poderío físico de un jugador al que puede situar en diferentes demarcaciones.

Este canterano cadista, que antes de vestir de amarillo estuvo en el Sancti Petri, ha tenido opciones importantes dentro y fuera de España -incluso un periodo a prueba en el Liverpool y en la Roma-, pero bastante bien aconsejado por su agente, Miguel Alfaro, por una vez se ha roto la dinámica habitual de que una promesa cadista que destaca se marcha a las primeras de cambio. Tampoco hay que olvidar que el Real Madrid estuvo en un par de ocasiones pendiente de la posibilidad de lograr su fichaje, aunque al final el acuerdo no fue posible. Los algo más de 100.000 euros que ofreció la entidad blanca no convenció a la entidad cadista.

El Cádiz entiende que este jugador tiene mucho que aportar, por edad y por cualidades, y que el mejor escaparate es ayudando desde dentro. La competición puede decir luego otra cosa, aunque es una realidad aplastante que Diego González reúne un potencial que debe ser suficiente para situarse en el camino que le lleve de vuelta al primer equipo. Ahora que el obstáculo contractual ha sido resuelto, el chiclanero puede empezar a centrarse sólo en el fútbol, lo que debe ir en su beneficio y en el del club.