Cádiz CF

Un océano de dudas

  • La incertidumbre sobre la plantilla que se confeccionará, la situación de Pina y el debate sobre el fútbol de los amarillos generan cierta ansiedad en el cadismo de cara al futuro

Jugadores y aficionados estrechan sus lazos, desde el agradecimiento por el apoyo recibido, al término del partido de la primera vuelta disputado en Carranza contra el Barcelona B.

Jugadores y aficionados estrechan sus lazos, desde el agradecimiento por el apoyo recibido, al término del partido de la primera vuelta disputado en Carranza contra el Barcelona B. / jesús marín

Las dudas invaden al cadismo cuando no han transcurrido ni dos semanas desde que el club dio por finalizada la temporada de su primer equipo con la conclusión de la Liga regular en Segunda División y la consiguiente decepción que supuso no clasificarse para el play-off de ascenso a Primera después de permanecer durante 26 jornadas en las primeras seis plazas. Aunque el objetivo de la permanencia se alcanzó con holgura, al igual que la campaña anterior, lo cierto es que hay motivos para la preocupación de los aficionados, que se instalan entre los que dan por buena la consolidación del proyecto afianzándose en la categoría de plata y los que ambicionan algo más, sobre todo tras haberlo acariciado los dos últimos cursos. Como suele pasar, no deja de ser la forma de ver la botella, medio llena o medio vacía.

La incertidumbre más inmediata atañe a la confección de la plantilla de cara a la temporada 2018/19. El director deportivo, Juan Carlos Cordero, anunció la pasada semana la intención de abordar un importante proceso de limpieza. Además de confirmar el adiós de futbolistas que cumplen contrato como Barral, Abdullah y Jona, explicó que la entidad trabaja con la premisa de incorporar a un buen número de caras nuevas para fortalecer y revitalizar el bloque. Sin duda, ello pasa por abrir las puertas también a jugadores con contrato en vigor y que este ejercicio no han cumplido las expectativas, casos de Nico Hidalgo, Moha Traoré o Aitor García, entre otros.

Centrando la atención en el plantel, más allá de los nombres de hipotéticas salidas o llegadas, parece obvio que hay algunos puestos en los que no queda otra que buscar y encontrar refuerzos de garantías. La delantera, sin ir más lejos, se halla huérfana desde la marcha de Alfredo Ortuño. La sombra del murciano ha sido tan alargada que muchos no dudan en afirmar que con él esta campaña las cosas habrían acabado de otra manera. Nunca se sabe.

Carrillo y Romera son jóvenes y nadie pone en entredicho su proyección, pero apuntando al presente y futuro inmediato no parece sensato apostar por ellos para la titularidad si lo que se pretende es obtener la salvación con mucha antelación para soñar posteriormente con cotas superiores. Esa demarcación, la del ariete, se antoja la más complicada de cubrir para los responsables de la parcela deportiva. El mercado no anda sobrado de efectivos al alcance de un presupuesto limitado. Habrá que afinar muy mucho para acertar, porque acertar con el atacante goleador puede traducirse en tener medio conseguido el objetivo.

Del resto de demarcaciones, las necesidades vendrán marcadas principalmente por lo que suceda con Álvaro García y Salvi Sánchez. A estas alturas, todo hace indicar que al menos uno de ellos podría ser traspasado por el bien de la salud económica del club. Hacer caja ayudaría a confeccionar un grupo más competitivo si cabe. Ahora bien, a nadie escapa que la marcha del extremo zurdo utrerano supondría una enorme pérdida futbolísticamente hablando, no en vano se trata posiblemente del mejor jugador de la categoría en su posición. Igualmente, tampoco resultará sencillo dar con un sustituto del sanluqueño. En cualquier caso, apuntalar bien los costados hará sudar la gota gorda a Cordero.

En el centro del campo, al buen rendimiento de Garrido un año más y de Álex Fernández en su primera temporada de amarillo se une a la vuelta de José Mari, otro valor seguro que se disfrutará este verano como si se tratara de un fichaje después de la grave lesión que ha mantenido al roteño en el dique seco casi toda la campaña. Más allá de lo que pueda pasar con Fausto Tienza, no sería descabellado ir a por otro medio defensivo y a por alguien más creativo para enlazar con los de arriba y pugnar por una plaza que en la recta final de la competición acaparó Alberto Perea.

Por lo que se refiere a la defensa, la línea central es la que se vislumbra mejor cubierta, toda vez que en principio sólo habrá que buscar un cuarto hombre junto a Servando, Kecojevic y Marcos Mauro tras regresar al Málaga el cedido Villanueva. En cambio, los laterales propician controversia por diferentes motivos. En la derecha, Carpio, ya un veterano, ha rendido por debajo del ejercicio anterior y Rober Correa ha cumplido sin más. En la izquierda, tanto a Brian Olivan como a Lucas Bijker les penaliza, a ojos del entrenador, su vocación ofensiva. Teniendo en cuenta que el catalán supuso un desembolso significativo, lo normal, si alguno de los dos tiene que irse, es que el señalado fuera el holandés.

Por último, el incombustible Alberto Cifuentes se ha ganado más que a pulso la continuidad como indiscutible entre los palos pero su edad -ya camina hacia los 40 años- obliga a prevenir cualquier incidencia con alguien que tome el testigo de Rubén Yáñez, última víctima, como lo fue Jesús Fernández la campaña anterior, de la segunda juventud del guardameta albaceteño.

Al margen de toda la incertidumbre que rodea a la plantilla, a nivel institucional las dudas salpican por lo que acontece entorno a la figura de Quique Pina. Inmerso en un proceso judicial de consecuencias impredecibles, los problemas personales han terminado por alejarle de la gestión del Cádiz, si bien es verdad que el enfrentamiento que mantiene con el presidente, Manuel Vizcaíno, ya dificultaba su tarea con anterioridad. Por todos conocido como el máximo responsable de la confección del equipo, si la figura del ex consejero delegado se diluye como un azucarillo en el agua no quedará más remedio que confiar en que su mano derecha, Cordero, dará lo mejor de sí como empleado del club. Otra cuestión, a considerar llegado el momento, es las limitaciones económicas con las que cuente para mover ficha.

Por último, pero no menos relevante, el fútbol del conjunto amarillo ha terminado por abrir un debate dentro y fuera del Ramón de Carranza. Por más que la labor de Álvaro Cervera no se cuestione lo más mínimo, el cadismo aparece dividido entre los que opinan que sobre el tapete hay que ofrecer más si lo que se pretende es aspirar a algo más y los que creen que el sistema defensivo del técnico asegura prácticamente la permanencia, al fin y al cabo el que se venderá como reto oficial para la tercera campaña consecutiva en LaLiga 1|2|3.

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