Cádiz CF

El objetivo vuelve a ser palpable

  • La escuadra amarilla reacciona con rapidez para volver a su hábitat natural y recupera la imagen sólida que debe mantener en el tiempo para encontrar la regularidad en su camino a la fase definitiva

El Cádiz continúa fiel a su particular desarrollo de una temporada de subidas y bajadas. Cada vez que abandona los cuatro primeros puestos de la tabla reacciona la semana siguiente con una victoria que renueva los ánimos decaídos siete días antes. El triunfo incontestable en Lorca devuelve la ilusión, otorga una dosis de tranquilidad y los brotes verdes vuelven a florecer. El primer objetivo -la fase de ascenso- es una posibilidad que sigue al alcance de la mano de los amarillos para afrontar el segundo y definitivo reto: el salto a la añorada categoría de plata con la que sueña todo el cadismo.

El desafío para convertir esos deseos en realidad es dibujar de una vez por todas una línea de regularidad que está faltando durante todo el curso. El Cádiz se ha movido a empujones, por rachas tan positivas como negativas, y ahora necesita entrar en una dinámica positiva que se prolongue hasta la última jornada. Si el conjunto de Jose González consigue superar los arrebatos de irregularidad podrá aspirar a todo. De lo contrario, el sufrimiento acompañará al equipo pegado como una lapa y las consecuencias serán imprevisibles.

La abultada victoria en terreno lorquino deja un rastro de optimismo y borra las huellas del pesimismo de un plumazo. El mundo del fútbol gira casa semana hacia un lado u otro en función de resultado. La dichosa pelotita maneja unos estados de ánimo cambiantes rendidos a la victoria o la derrota. Los amarillos se han despojado de los temblores depresivos sufridos en marzo y la autoestima aumenta más que el euríbor.

El Cádiz ganó en tierras lorquinas con pasmosa facilidad. Se hizo con el mando del partido y no sufrió en ningún momento ante un rival que no debe quedar minusvalorado pese a caer de manera estrepitosa en casa. No conviene olvidar que el Lorca Atlético aceleró la destitución de Risto Vidakovic cuando en la primera vuelta ganó en el estadio Carranza (1-2). El triunfo cadista encontró el complemento perfecto de la sensación de solidez y seriedad ofrecida por un equipo amarillo que parece haber dejado atrás los dolores de cabeza. El bloque brilló en su conjunto y también en individualidades. Enrique se erigió en el principal baluarte ofensivo, mientras que Serrano y Baquero lideraron la retaguardia con una suficiencia que supone una llamada a la esperanza. Los 'Caballeros' rayaron a buena altura, la que demostraron los laterales. Álvaro Campos apenas tuvo un segundo de duda y Juanse peleó hasta casi conseguir un gol, el que también le faltó a un Pachón luchador y solidario como el resto, como Moke, primero, y Jurado después, en tareas destructivas en el centro, o Velasco, que tuvo tiempo de marcar.

La línea del camino está trazada. Sólo hay que seguirla con las mismas armas para llegar a la meta en una posición de privilegio. El Cádiz ha vuelto.

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