La igualdad reina en el inicio
Los 13 empates contabilizados en los dos primeros capítulos del campeonato liguero reflejan con claridad el equilibrio de fuerzas que impera en la categoría de plata
La igualad es el denominador común en el expectante sprint de salida de la competición en la denominada LaLiga 1|2|3. El Levante es el único de los 22 equipos que ha sido capaz de sumar todos los puntos posibles -seis de seis- en dos jornadas y no hay ninguna escuadra que tenga el casillero a cero, al contrario de lo que sucede en Primera, en la que hay tres clubes que aún no han conseguido estrenarse (Athletic de Bilbao, Celta de Vigo y Valencia comparten el furgón de cola).
Los 13 empates contabilizados en 22 partidos disputados -11 cada jornada- son el reflejo escrupuloso del equilibrio imperante en los coletazos iniciales de la temporada. Es muy pronto para definir los papeles de cada uno y saber cuáles estarán arriba y los que pelearán en la zona trasera de la clasificación. Pero lo que sí sobresale es el sello de igualdad. Si cinco encuentros de la jornada inaugural acabaron con una equis, en el segundo capítulo la cifra se elevó a nada menos que ocho citas con marcadores parejos. Todos los rivales plantan cara y la victoria se convierte en un tesoro de valor incalculable por su dificultad. Nueve triunfos se han dado en poco más de una veintena de compromisos y hay 14 equipos que no han saboreado el dulce sabor de la victoria, entre ellos el Cádiz, que figura en una lista de la que también forman parte Lugo, Sevilla Atlético, Nástic de Tarragona, Mirandés, Getafe, Huesca, Tenerife, Rayo Vallecano, Mallorca, Numancia, UCAM Murcia y Almería y Alcorcón. Los últimos siete sí que han conjugado el verbo perder. Los seis primeros, más el Cádiz, cuentan sus dos citas por empates.
El equipo amarillo ha comprobado desde el principio de curso lo difícil que es ganar un partido en la categoría de plata. Contra el Almería y el Mallorca llegó a llevar ventaja pero en ambas ocasiones le igualaron el marcador. Los adversarios tienen argumentos con los que hacer daño y saben cómo apretar llegado el caso. El más mínimo despiste en las áreas se paga caro. La diferencia entre la Segunda A y la Segunda B es notoria en ese aspecto. La categoría de plata es como una Primera en versión minúscula. Cualquiera le puede ganar a cualquiera y es tanto el equilibrio que las tablas están a la orden del día, al menos en los albores de la competición, cuando los equipos están inmersos en pleno proceso de adaptación.
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