Cádiz CF

La hora de la verdad en un escenario de auténtico lujo

  • El Cádiz se estrena esta tarde en el nuevo San Mamés con el objetivo de arrancar un buen resultado ante el filial del Athletic en el encuentro de ida del definitivo asalto por el ascenso

Pocos podían imaginar, allá por el mes de agosto de 2014, en los albores de una temporada maratoniana, que el Cádiz se iba a jugar buena parte de sus posibilidades de retorno a Segunda División A en un estadio 'pata negra' como es el nuevo San Mamés. El conjunto amarillo, asiduo visitante al viejo santuario vizcaíno a lo largo de su etapa dorada, se estrena en la nueva Catedral con un duelo de alto voltaje frente al Athletic de Bilbao B en el choque de ida de la eliminatoria definitiva en pos del ascenso a la categoría de plata (a partir de las seis y media de la tarde, televisado en directo por 8TV, Canal Plus Liga y ETB). Los entrenadores de ambos equipos disponen de todos sus futbolistas para afrontar un primer envite que servirá de referencia fundamental para el segundo, que se dirimirá en el Ramón de Carranza a mediodía del próximo día 28.

En el mejor escenario posible, un estadio de Primera con unos cimientos relucientes y un aspecto imponente -apenas llega a lo dos años desde su inauguración en septiembre de 2013-, acoge un encuentro entre escuadras de Segunda B que persiguen con ahínco el salto cualitativo que supone subir a Segunda A. Las urgencias del Cádiz se cruzan con el entusiasmo de unos cachorros que, sin ningún tipo de presión, sueñan con vestir la equipación del primer equipo más pronto que tarde. La obligación, por tanto, la tienen los gaditanos, insistentes buscadores de su sitio perdido en el panorama futbolístico español después de cinco años en el ruinoso eslabón de bronce que tanto daño hace a las arcas de la entidad.

La motivación del cuadro amarillo es doble para escapar de una vez por todas de las catacumbas en las que malvive desde 2010. La deportiva es la que predomina, la pasional, la que todo el universo cadista aguarda ansioso para que el equipo vuelva a militar en una categoría acorde con su historia. La otra, la económica, también es relevante porque la división de plata otorga el pasaporte a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la generación de ingresos dinerarios (quinielas, televisión...) que tanto necesita la entidad.

Esas dos razones de peso son los motores que deben impulsar hoy al Cádiz en su comparecencia en San Mamés. Los hombres entrenados por Claudio Barragán encaran la misión de obtener un resultado positivo con la idea de rematar la faena en casa ocho días más tarde. La victoria es el principal objetivo, pero si no puede ser tampoco estaría mal de todo un empate (si es con goles mejor) que dejaría el cruce abierto para la vuelta. Una derrota, aunque fuera mínima, obligaría a los gaditanos a un esfuerzo mayúsculo para remontar en su feudo empujados por el aliento de miles de fieles seguidores.

En sus dos salidas anteriores de actual play-off, las dos en los compromisos de ida, el Cádiz cosechó un meritorio empate a uno ante el Real Oviedo en el Carlos Tartiere y un tropiezo de 2-1 frente al Hércules en el Rico Pérez. Fue mejor el marcador conseguido en Asturias, pero luego perdió (0-1) en casa y en cambio le dio la vuelta a la eliminatoria ante los alicantinos con un triunfo por 1-0 en el teatro de los sueños cadista.

Los amarillos marcaron en sus dos visitas y hoy necesitarán también un tanto para aumentar sus opciones de éxito y hacer frente a un adversario que sobresale por su vocación ofensiva y su fútbol de corte estético. El Athletic B juega a tumba abierta, con laterales que parecen extremos y medios que se incorporan al ataque sin el más mínimo recato. A los jóvenes amamantados en Lezama les gusta tener el esférico y con la posesión de la pelota son capaces de hacer daño en los últimos metros. El rival atesora un enorme potencial y el Cádiz está obligado a mantener la concentración de principio a fin -algo que le ha faltado en las anteriores citas- para tapar las bandas con eficacia y tratar de quitarle el balón a un joven adversario que se desenvuelve con inusual desparpajo. Hoy es el día señalado para que el equipo ofrezca su mejor versión y los jugadores den lo mejor de sí mismos tanto a nivel colectivo como individual.

Si los vascos destacan por su carácter ofensivo, no es menos cierto que conceden espacios en la retaguardia. Una de las claves, por tanto, pasa por aprovechar los boquetes que dejan en defensa y, por supuesto, por la efectividad en la definición porque sin gol no hay victoria posible.

A estas alturas de un curso al que sólo le quedan ocho días, poco variará la alineación que suele emplear Claudio Barragán. Oinatz Aulestia, que jugó dos campañas en el filial del Athletic, será el guardián de la portería cadista, escoltado por Óscar Rubio, Servando, Josete y Alberto Prada, la misma línea defensiva que se batió el cobre durante los 180 minutos de la eliminatoria frente al Hércules. Jon Ander Garrido, que juega en su tierra, es fijo en la medular como hombre encargado de labores de destrucción y emerge el interrogante de quién será su compañero. Juanma Espinosa fue titular en el duelo contra el Hércules disputado en el Carranza, pero en Alicante salió de inicio Mantecón, por lo que incógnita sigue abierta. Juan Villar será en principio inquilino de la banda derecha y Kike Márquez se moverá por la izquierda. Los dos extremos han sido titulares en todos los partidos de la fase de ascenso y todo hace pensar que hoy volverán a estar en el once inicial. En ataque, si el Cádiz quiere tener el balón, se supone que Fran Machado se ubicará en tres cuartos como mediapunta y para la posición de delantero Claudio tendrá que decidir entre Jona y Airam Cabrera salvo que decida poner a los dos juntos, algo que no hizo en las dos visitas realizadas por los gaditanos en el play-off.

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