La más que delicada situación económica en la que se halla inmerso el Cádiz obliga al grupo que ostenta ahora el paquete mayoritario de acciones a inyectar liquidez de manera urgente para solucionar los innumerables problemas relacionados con el dinero.

La primera actuación que pretendía llevar a cabo Locos por el Balón, horas después de comprar en subasta las acciones que puso en venta Antonio Muñoz, era aportar una cantidad económica para pagar a los jugadores de manera inmediata y dar estabilidad y confianza después de dos nóminas impagadas.

Es decir, el que llega saca la cartera desde el primer minuto para hacer lo que no ha hecho el que sale: poner dinero. Esa es la principal diferencia que radica entre Locos por el Balón y Sinergy. El primero se compromete a invertir en el Cádiz y quiere demostrarlo con hechos desde el primer día, incluso antes de que sea posible. El segundo ha tenido tiempo de sobra para sacar la billetera y no lo ha hecho. El club necesita dinero, no puede esperar de manera eterna porque la liquidación de la entidad era una posibilidad más que real.

Locos por el Balón quiere inyectar dinero pero no podrá hacerlo hasta dentro de unos días, cuando los administraores concursales se hagan cargo de la gestión económica del Cádiz en el caso de que la jueza de lo Mercantil acepte la solicitud -como así parece que ocurrirá- de la suspensión de las facultades patrimoniales del Consejo de Administración.

Una vez que los administradores se hagan con la gestión económica, ya podrán recibir y administrar la aportación económica de Locos por el Balón con el que abonar los salarios pendientes, algo que podría suceder a finales de la próxima semana si todo va con normalidad.

Las facultades patrimoniales las tendrían los administradores concursales, pero las orgánicas seguirán bajo el paraguas del Consejo de Administración, que es el encargado de convocar la junta general extraordinaria de accionistas en la que se debe producir el tránsito de Sinergy a Locos por el Balón. Si no lo hace, será entonces cuando intervengan los administradores para convocar ellos esa junta.