Una vez que Locos por el Balón compró las acciones subastadas por Antonio Muñoz el pasado martes en una notaría de la capital gaditana (el 49,5% de los títulos de la entidad cadista), los trámites para que la sociedad administrada por Juan José Pina -padre de Quique Pina- se haga con el control del Cádiz durarán más o menos tiempo en función de las facilidades que dé o no el actual Consejo de Administración, con mayoría de integrantes de Sinergy. De uno a cuatro meses en el peor de los casos. Si el tránsito no se realiza con celeridad, el principal perjudicado sería el club por el prolongado bloqueo

Tras la adquisición por parte de Locos por el Balón, la sociedad adquiriente está pendiente de que, por un lado, el Consejo Superior de Deportes (CSD) dé el visto bueno a la operación y, por otro,de que Antonio Muñoz estampe la firma en la escritura de la subasta de las acciones. Son dos pasos que no ofrecen ninguna dificultad.

Si todo transcurre con normalidad, la próxima semana quedarán resueltos esos dos trámites y el siguiente paso será la comunicación a Sinergy y al secretario del Consejo de Administración, Diego García, de la compras de las acciones. El secretario será el encargado de anotar en el libro de accionistas el cambio de propiedad, con Locos por el Balón como poseedor del paquete de acciones adquirido hace unos días.

La sociedad entrante ya podrá, enconces, dirigirse al Consejo de Administración del Cádiz para solicitar la convocatoria de una junta general extraordinaria de accionistas en la que se hará efectivo el relevo y el nombramiento de un nuevo Consejo, con Juan José Pina como presidente.

Es al actual presidente del Consejo, Florentino Manzano, a quien corresponde la convocatoria de ese órgano. Manzano ya ha repetido en los últimos días que el Cádiz está por encima de todo -incluso de los propietarios- y que hará todo lo que esté en su mano por faciliar el traspaso de poderes a los nuevos dueños de casi el 50% de las acciones.

En manos del Consejo está que la junta de accionistas se celebre en un mes o se retrase hasta cuatro meses su desarrollo. De los nueve componentes, tres votarán seguro a favor de una rápida convocatoria: el propio Manzano, el vicepresidente Luis Sánchez Grimaldi y el consejero Manuel Calderón -el secretario no tiene voto-. Los tres tienen claro que es lo mejor para el club.

Está por ver la posición que mantendrán los seis miembros restantes del Consejo, designados por Sinergy, que ostenta la mayoría en este órgano. Así, Alessandro Gaucci, Vincenzo Silvestrini, Gabriele de Bono, Giovanni del Re, Massimo Nannini y Bruno Garzena -con el voto favorable de dos de ellos es suficiente- tendrán que decidir si agilizan la transición y votan a favor de la convocatoria de la junta de accionistas o la rechazan pese a que ello suponga un perjuicio para el Cádiz. porque dificultaría la operatividad de los nuevos accionistas. Como se suele decir, ni come ni deja comer.

Si los representantes de Sinergy se resisten a dar el sí a una junta general extraordinaria, los administradores concursales entrarían en escena transcurrido un mes. Serían ellos los que solicitarían la convocatoria de la susodicha junta a través de la vía judicial con un trámite legal que se prolongaría durante dos meses. Una vez que contara con el visto bueno judicial, la junta quedaría convocada un mes más tarde. Es decir, si el Consejo de Administración no lo hace cuando se le pida, la junta no se celebraría hasta abril a no ser que los nuevos acconistas encuentren un recurso legal para adelantarla.