Cádiz CF

El Cádiz CF se autodestruye en Vigo (3-0)

Brian Ocampo intenta desbordar a Javi Galán.

Brian Ocampo intenta desbordar a Javi Galán. / Salvador Sas/Efe

El Cádiz CF no es capaz de alterar el rumbo. Cuarta jornada de Liga y cuarta derrota. Un paso más hacia la desesperación porque no sólo no termina de carburar sino que además pierde con contundencia: 3-0 en el terreno del Celta de Vigo.

De nada sirvió una buena primera mitad, la mejor desde el comienzo de curso, en la que mantuvo el pulso y hasta fue superior. En la segunda sucumbió de tal manera que de pronto se vio con dos goles en contra y después llegó el tercero. Si ya es grave encadenar un póquer de varapalos, aún más sin el equipo no es capaz de tirar a puerta en todo el encuentro. Una vez más carencias en ataque. El Cádiz CF lleva tantos puntos como goles: cero.

Las sensaciones no pueden ser peores. Los partidos durante noventa y tantos minutos, no 45. El Celta supo dar un volantazo tras el descanso y el Cádiz CF no se enteró. No demuestra aptitud para cuajar una actuación decente desde el principio hasta el final.

Después de la alarmante secuencia de tres fiascos seguidos, Sergio González cambió de dibujo y se decantó por un trivote con el que proteger un centro el campo que en las jornadas desarrolladas agosto había desprendido un preocupante aroma de debilidad. No fue la única novedad. Brian Ocampo debutó y lo hizo como titular ubicado en el costado izquierdo.

Arrancaron bien los visitantes, con orden, líneas juntas, criterio en la circulación y sin sufrir atrás. Nada mal para empezar. El esférico se tiñó de amarillo porque el equipo gaditano dominó con el balón y también sin él porque presionó rápido y con efectividad tras pérdida. Eso sí, sin ocasiones. Los dos equipos rivalizaron en imprecisiones.

Y es que el los cancerberos fueron meros espectadores, como si el partido se jugase sin porterías. De hecho, nada sucedió en las áreas hasta que en el minuto 22 el cuero se estrelló en el cuerpo de Luis Hernández tras un zurdazo de Carles Pérez.

Poco pasaba sobre el césped entre dos contrincantes que conseguían desactivarse. El Cádiz CF lo hacía todo bien salvo llegar arriba. No lograba generar peligro aunque sí aparecía en tres cuartos a la espera de una conexión letal.

La acción más llamativa se produjo en el minuto 36, cuando Iván Alejo recibió el balón de Tomás Alarcón dentro del área pero sin llegar a definir abordado por dos defensas. Poco después, una contra vertiginosa de los amarillos finalizó sin remate.

Hubo que esperar hasta el minuto 43 para ver el primer y a la postre único disparo a puerta en el acto inicial. Óscar Rodríguez soltó un misil de larga distancia y Conan Ledesma, con algo de apuros, atrapó la pelota en dos tiempos.

Fueron los foráneos lo que no dispararon entre los palos pese a que jugaron mejor. Los dos últimos minutos fueron de acoso visitante con un par de saques de esquina y una chilena de Lozano sin consecuencias.

El choque llegó al intermedio con el marcador inalterado tras una buena primera parte de los amarillos, con diferencia la mejor desde el comienzo de la temporada. Tampoco era complicado visto los visto semanas atrás. Bien plantados sobre tapete, tuvieron el control con y sin balón, jugaron con inteligencia por dentro y por las bandas, maniataron al adversario... Su único pecado, la escasa presencia en ataque a la hora de la verdad.

Segunda parte

Una volea fuera de Una Núñez en el 49 fue el aviso de que la segunda parte iba a a ser más movida. Nada que ver con la primera. El Cádiz CF se hundió con estrépito. Pareció otro equipo. Los locales quisieron dar un paso al frente con el debut del espigado delantero Strand Larsen. Los visitantes, sin renunciar a la presión alta, tuvieron más trabajo en la retaguardia.

El equilibrio saltó por lo aires en el minuto 56 fruto de una venenosa mezcla de error y mala suerte que derivó en el 1-0. Espino entregó mal en el centro del campo, el local Veiga robó y sirvió a Iago Aspas, que hizo el resto. Se plantó solo en la frontal del área soltó un latigazo con la mala fortuna de que el cuero cambió de trayectoria tras tropezar en Luis Hernández y se coló en la portería.

El gol dejó noqueado a un Cádiz CF que aún no se había levantado de la lona cuando se topó con el segundo en plena fase de descomposición. Antes, Larsen mandó el cuero al poste un testarazo. Fue el prólogo del 2-0. En el 62, una jugada de tiralíneas del Celta descosió por completo a una endeble zaga cadista y Óscar Rodríguez, solo delante del portero tras un taconazo de Larsen, no perdonó y firmó el segundo de la noche.

Sergio González reaccionó de inmediato con tres sustituciones que incluyeron el estreno de Theo Bongonda. El congoleño se ubicó al principio en tres cuartos por el centro y después pasó a la izquierda.

Nada detuvo la sangría. Por si quedaba alguna duda, el partido quedó sentenciado del todo en el minuto 75 cuando Iago Aspas se inventó un cañonazo desde fuera del área que hizo inútil la estirada de Ledesma. 3-0. Casi peor que el gol fue la facilidad con la que los anfitriones se pasaron el balón hasta que llegó al ariete.

Sobró el último cuarto de hora, convertido en los minutos de la basura con un perdedor impotente e incapaz de tirar a puerta.

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