Cádiz CF

El Cádiz CF se agiganta ante el Celta y roza la permanencia (1-0)

Escalante avanza con el balón en un lance del Cádiz-Celta.

Escalante avanza con el balón en un lance del Cádiz-Celta. / Julio González

El Cádiz CF se agarra a Primera División, a la que arribó en 2020 con la noble intención de hacer un quiebro a la historia y establecerse durante un largo periodo. Está cerca de prolongar su estancia durante una cuarta campaña consecutiva gracias a sus prestaciones en el Nuevo Mirandilla en el esprint definitivo del campeonato.

Y es que ganó una nueva final en casa, esta vez al Celta de Vigo (1-0). No podía fallar en la última cita del curso delante de su parroquia que le ha llevado en volandas. Llegaba sin margen de error y no falló cuando llegó la hora de la verdad a falta del último paso en el capítulo decisivo el próximo fin de semana. Un punto más y tarea terminada.

Mereció la victoria porque la buscó con ahínco y cuando se puso por delante supo administrar el gol que marcó Rubén Sobrino en el arranque de la segunda parte. Después resistió el acoso de los gallegos y con la portería a cero culminó la tarde con éxito.

Tenía que salir con el mejor once posible Sergio González en el último partido en casa de la temporada. Era todo o nada en pos de la salvación y el técnico se mantuvo fiel al 4-4-2 con la novedad de Anthony 'Choco' Lozano en punta. El hondureño pasó del ostracismo a la titularidad en la cita más importante de la temporada. Se notó su presencia.

Un disparo de Tapia desde la frontal del área que se perdió junto al poste en el minuto 2 tras una pérdida de Lozano en su campo no sólo fue la primera ocasión sino el aviso de lo caro que podía costar un error, como ya sucedió en Villarreal.

El ritmo fue muy alto desde el pitido inicial, acorde a lo que estaba en juego. Los locales tomaron el mando en el juego pero fue Ledesma quien, en el 7, repelió el balón tras un zurdazo de Carles Pérez. La réplica, en el 9, llegó con un saque de banda de Luis Hernández que provocó un barullo en el área sin consecuencias.

La iniciativa correspondió al equipo más necesitado, con dificultades en el juego posicional frente a un rival encerrado con orden. La espesura en la circulación situó las acciones a balón parado como principal argumento ofensivo. En el 22, en una de ellas y tras un rechace de la zaga Rubén Alcaraz golpeó mal el balón desde el balcón del área. En el 24, Bongonda remató fuera por muy poco.

El Cádiz CF tenía el partido bajo control, aunque Carles Pérez recordó justo a la media hora que el Celta podía sorprender en cualquier momento. El extremo se coló dentro del área hasta la línea de fondo pero  tiró mal sin ángulo en lugar de centrar a un compañero que estaba solo en el segundo palo. Lo mismo le pasó a Bongonda en la siguiente jugada.

Los amarillos fueron a más en el tramo final de la primera parte, con Bongonda más suelto que nunca, con la polémica a fuego vivo... y con Hernández Hernández en el VAR. En el 33, el belga-congoleño aprovechó un error en la salida de balón de los vigueses para controlarlo, entrar en velocidad en el área y caer el suelo tras ser derribado a Javi Galá, que ya tenía una amonestación.

De Burgos Bengoetxea señaló penalti, pero recibió el aviso de Hernández Hernández, fue al monitor a revisar la acción y rectificó su decisión. El contacto fue claro, parecía penalti, pero cambio su interpretación y no hubo lanzamiento desde los once metros. Todo muy raro. Si ya había valorado la jugada, ¿por qué modifica la decisión si la interpretación es subjetiva? ¿Por qué interviene el VAR si está sujeto a un criterio? Una vez más, criterio en contra del Cádiz CF.

Pese al penalti pitado y anulado, los locales apretaron de lo lindo en sus mejores momentos. En el 40, Lozano marcó tras un centro de Iza Carcelén y lo que pareció ser el 1-0 quedó en nada tras el fuera de juego del lateral detectado por el VAR.

Cerocerismo al descanso y todo a una carta en los últimos segundos 45 minutos del curso en el santuario cadista. La superioridad de los locales en la primera parte no tuvo reflejo en el marcador.

El decorado no varió en la reanudación. Los de casa pisaron a fondo el acelerador y no tardaron en cobrar ventaja. En el 53, Gonzalo Escalante fabricó una jugada de fantasía que fue medio gol. Regateó con maestría a dos contrarios en la frontal del área y con un excelente pase dejó solo a Sobrino delante de Iván Villar. El atacante definió con sangre fría con un tiro cruzado que esta vez sí era imposible no dar por bueno.

El 1-0, más que merecido, llevó la euforia a la grada y cambió por completo el guión del encuentro. Desde entonces fue un partido nuevo. El Celta se quitó la piel de reservón y fue a por todas arriba con Iago Aspas sobre el césped.

Por el bando local, Sergio González buscó más fuerza en la medular con Fede San Emeterio y con un delantero menos con la marcha de Lozano. El Cádiz CF se echó muy atrás y se encomendó al contragolpe. En uno de ellos, Sobrino se escapó solo pero Tapia se anticipó justo antes de que rematase.

Le tocó sufrimiento al cuadro anfitrión para defender la mínima renta. En el 67, Ledesma evitó el empate con un paradón tras un cabezazo de Paciencia.

Fue otro partido, con turno para la fase defensiva y problemas para armar la contra. Roger Martí, en su reaparición, estaba muy solo arriba. El 2-0 parecía muy lejos y todo quedaba a expensas de la fortaleza en la zona trasera. Por fin una ocasión, en el 84, tras un gran pase de Fede San Emeterio que dejó solos ante la portería a Espino y Alcaraz, que se estorbaron y ninguno conectó el remate. Sí lo hizo Carles Pérez en el 88, aunque sin sorprender a Ledesma.

La recta final no fue aconsejable para hipertensos. Asedio sin tregua del Celta, los amarillos metidos en su parcela y con espacio infinito para la contra. En el 91, Roger Martí dejó vivo a los vigueses con un cabezazo que llevó el esférico al poste. El sufrimiento se alargó hasta el 99 y tras el pitido final, la euforia se abrió paso.

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