Copa del Rey | Zaragoza - Cádiz CF

Una alegría necesaria

  • Un gol de Manu Vallejo mete en dieciseisavos de final a un Cádiz CF que da la campanada en La Romareda

Manu Vallejo remata en la jugada del gol del Cádiz CF.

Manu Vallejo remata en la jugada del gol del Cádiz CF.

Qué falta le hacía al Cádiz CF una alegría aunque sea en la Copa del Rey. El equipo amarillo dio la campanada y con la segunda unidad eliminó al Real Zaragoza (0-1) para plantarse en dieciseisavos de final, donde le espera un club de Primera. Se metió en la siguiente ronda con todo el merecimiento, con una justa victoria que pudo ser más amplia pero bastó el gol de Manu Vallejo en la segunda mitad.

El Cádiz CF se da un baño de autoestima con el que se rearma de cara a la Liga, en la que le espera una dura misión para salir de la zona de descenso. El triunfo da moral, da calma y otorga un plus de moral colectivo e individual. Los menos habituales aprovecharon su oportunidad y Manu Vallejo demostró que puede actuar de delantero.

Como era previsible, Álvaro Cervera recurrió a un once plagado de futbolistas no habituales y con un acento tan ofensivo que hizo coincidir a Alberto Perea y Ager Aketxe desde le principio, algo casi imposible de ver en la Liga. Los dos se repartieron las bandas -el albaceteño en la izquierda y el vasco en la derecha- y Manu Vallejo empezó en punta junto a Carrillo el día de la primera titularidad de Karim Azamoum.

Se supone que el Cádiz CF disponía de jugadores para tener el balón pero el que dominó en los compases iniciales fue el cuadro maño, que superó la presión arriba de los visitantes aunque sin llegar a generar peligro.

Las defensas impusieron su ley en un duelo repleto de imprecisiones que complicó las aproximaciones al área. Aketxe lo intentó en el 11 con un zurdazo que mandó la pelota a uno de los Fondos. Eguaras replicó de inmediato con un misil lejano también desviado.

La presión de los amarillos decayó con el paso de los minutos, obligados por el empuje de los locales, que estuvieron cerca del gol en el 17 tras un saque de esquina y un balón suelo dentro del área rematado por Grippo y detenido por David Gil. Respondió Garrido en el 21 con un cabezazo que se marchó alto fruto de un córner.

Hubo más interés en proteger la propia portería que buscar la contraria en una primera parte sin goles

Los de Cervera dieron la sensación de poder hacer daño sólo a balón parado. No armaron un ataque en condiciones en toda la primera mitad salvo algún chispazo aislado. Los hombres de calidad apenas entraron en contacto con el esférico. Todo lo contrario. Se desgastaron corriendo detrás del cuero y los de casa no terminaron de aprovechar la tenencia del balón pese a los espacios que hallaron en el costado derecho del Cádiz.

El partido caminó hacia el descanso con pinta de cerocerismo. La situación de los equipos es tan delicada que prevaleció la precaución defensiva. Había miedo a estar por debajo en el marcador, sobre todo los anfitriones, que apretaron sin demasiado convencimiento mientras los andaluces se acercaron a la portería con timidez, sin llegar a poner a prueba a Ratón hasta en el minuto 45, cuando le ganó el mano a mano a Manu Vallejo en una acción invalidada por un fuera de juego inexistente. El disparo del chiclanero se estrelló contra el portero.

La mala noticia había llegado poco antes con la lesión de Carrillo, que tuvo que abandonar el tapete con un aparente fuerte esguince de tobillo. Jairo entró en el partido ubicado en la izquierda, Manu Vallejo se quedó en punta y Alberto Perea adelantó su posición.

El empate sin goles al intermedio no sólo hizo justicia, sino que favoreció a un Cádiz CF que se había soltado poco a poco mientras la parroquia local silbaba a los suyos. El nerviosismo jugaba en contra de los maños.

Álex, Agra y Cifuentes, que calentaban en la banda, felicitan a Manu Vallejo tras anotar el 0-1. Álex, Agra y Cifuentes, que calentaban en la banda, felicitan a Manu Vallejo tras anotar el 0-1.

Álex, Agra y Cifuentes, que calentaban en la banda, felicitan a Manu Vallejo tras anotar el 0-1.

Los amarillos no perdieron el orden en la reanudación y salieron con más valentía. Lanzaron tres saques de esquina en ocho minutos con los que metió el miedo en el cuerpo a un adversario atenazado que se temió lo peor. Y lo peor para los aragoneses fue lo mejor para el Cádiz, que rompió el marcador en el minuto 56 por medio de Manu Vallejo, que demostró que la Copa le sienta bien. El chiclanero recibió un pase en profundidad que traspasó la zaga, se quedo solo delante de Ratón, miró a un lado y decidió que la mejor opción era disparar. Lo hizo por alto, con eficacia, para poner el 0-1 y dibujar un escenario idílico.

El partido llega al final con incertidumbre tras desperdiciar Manu Vallejo dos ocasiones claras

El Cádiz CF tenía el partido donde quería. Por delante y la grada encendida contra su equipo. Le faltaba sentenciar y pudo hacerlo en el 63 pero Manu Vallejo, como en Almendralejo, desperdició una ocasión clarísima y dejó con vida a un rival que todavía se vio dentro de la eliminatoria. El delantero recibió un servicio maestro de Jairo, se quedó solo frente a Ratón con tiempo de sobra para definir, se decantó por el regate y cuando remató a puerta vacía para hacer el 0-2 le dio tiempo a que llegara Nieto para despejar en la línea de gol.

Ratón saca el remate a bocajarro de Manu Vallejo. Ratón saca el remate a bocajarro de Manu Vallejo.

Ratón saca el remate a bocajarro de Manu Vallejo.

Los de Cervera se adueñaron de la situación pero se abonaron al sufrimiento porque no mataron el partido. En el 70, un excelente centro de Brian al corazón del área lo remató a bocajarro Manue Vallejo pero Ratón atrapó con habilidad.

No aseguró el partido el Cádiz CF y llegó el lógico arreón definitivo del Zaragoza. En el 80, David Gil evitó el empate con un paradón tras un cabezazo de Grippo. La ocasión no alteró el guión. Los amarillos manejaron el tiempo, jugaron a que no pasara nada y nada pasó hasta el pitido final.

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