Cádiz CF

El club amarillo, 'fábrica' de entrenadores exitosos

  • Mere y Oli, con pasado como técnicos cadistas, lo han bordado ascendiendo a Fuenlabrada y Marino de Luanco.

Oli celebra el gol del Marino de Luanco que valió el ascenso.

Oli celebra el gol del Marino de Luanco que valió el ascenso. / futbolasturiano.es

Hasta el 30 de junio no se clausuraron las fases de ascenso a Segunda División A y Segunda División B del fútbol español. Casi sin tiempo ni para respirar antes de empezar la preparación de la siguiente pretemporada para los que tuvieron que pelear hasta el pitido que cerraba la tercera y definitiva eliminatoria consecutiva.

Una vez conocidos los nombres de los dos últimos ascendidos a la categoría de plata y de los nueve que lo hicieron a la de bronce por el camino más tortuoso, se completaron las respectivas listas de cuatro y 18 conjuntos que daban el salto a la división superior.

Repasando esas relaciones se comprueba que un par de ellos eran dirigidos durante la campaña 2018/19 por entrenadores que estuvieron vinculados con anterioridad como técnicos al club amarillo, en concreto Oli y Mere. Curiosamente, tanto el asturiano como el portuense también vistieron la camiseta amarilla del primer equipo de la capital gaditana en el transcurso de sus carreras profesionales como futbolistas.

Mere, con una camiseta conmemorativa el día que el Fuenlabrada quedó campeón de grupo. Mere, con una camiseta conmemorativa el día que el Fuenlabrada quedó campeón de grupo.

Mere, con una camiseta conmemorativa el día que el Fuenlabrada quedó campeón de grupo.

De lo que no cabe duda es que el que fuera delantero internacional empezó a aprender lo que significa dirigir un equipo en el banquillo del Ramón de Carranza, recién colgadas las botas, y que al zaguero gaditano también debió servirle sobremanera para progresar en su profesión lo vivido durante las dos campañas anteriores al mando del Cádiz B, al que primero devolvió a Tercera División para luego llevarlo al primer puesto del grupo X de Tercera y a estar a punto de escalar a Segunda División B en una fase de ascenso en la que se encontró con el maleficio aragonés en forma de dos verdugos, el Teruel y el Ejea.

Pero la actualidad es la actualidad y lo que conviene es divulgar lo que han conseguido tanto uno como otro, a los que se puede considerar en cierta manera productos de la fábrica de entrenadores del Cádiz, a lo largo del exitoso curso recién cerrado.

Baldomero Hermoso Mere afrontaba su segunda experiencia en Segunda B después de la vivida hace pocos años al frente del Algeciras. Era el elegido por el Fuenlabrada madrileño para emprender la complicada tarea de hacerse con uno de los cuatro billetes a la LaLiga 1|2|3.

El equipo fuenlabreño saldó las 38 jornadas del grupo I con un balance más que positivo consistente en 20 victorias, 11 empates y siete derrotas, lo cual le permitió sumar 71 puntos y aventajar en un par de ellos a la Ponferradina, segundo clasificado e inmediato seguidor.

Luego, a las primeras de cambio aseguró el salto a Segunda A en la eliminatoria de campeones que le midió al Recreativo de Huelva, poniendo más tarde la guinda con el título de mejor de los 80 equipos de Segunda B al superar asimismo al Racing de Santander.

Oliverio Álvarez Oli llevaba tiempo alejado de los banquillos, en concreto desde que quedó desvinculado del Betis B años atrás, cuando le llamaron desde su tierra natal para que se hiciera cargo del Marino de Luanco, de Tercera División, de cara a la campaña 2017/18. Allá que se fue con muchas ganas y lo metió en la fase de ascenso en su estreno, pero entonces se quedó en el camino.

A la segunda sí ha ido la vencida. El presidente del club asturiano, que acumula 33 años en el cargo, mantuvo su confianza en él y bien que hizo el hombre. Acabó segundo del grupo II con los mismos 90 puntos que el campeón del mismo, el Lealtad de Villaviciosa, gracias a 27 triunfos, nueve tablas y dos derrotas. En la posterior y larga fase de ascenso lo bordó, dejando en la cuneta al San Ignacio de Vitoria, al Mutilvera y al Sestao River sin encajar un solo gol en la media docena de compromisos.

Mere y Oli, Oli y Mere, supieron sembrar y han recogido.

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