Raúl Agné, que sólo suele hablar con los representantes de los medios de comunicación dos días antes de los partidos y un rato después de acabar estos, hace de vez en cuando excepciones y ayer fue una de ellas en los micrófonos de Cope Cádiz. Entre otras, soltó una frase con mensaje claro para justificar que las cosas no estén saliendo como la afición soñaba: "El Cádiz es un equipo nuevo..., y es en Cádiz y en Segunda B".

La debilidad está siendo mucho más acusada lejos del Ramón de Carranza, con un pobre balance de un triunfo en seis encuentro, pero el técnico aragonés no se desespera: "El equipo será muy fuerte de visitante y ganará muchos partidos. Ahora nos toca comernos esto, pues nos lo comeremos. Pero este equipo, que está en construcción, peleará por los objetivos marcados, no tengo dudas. No me gusta especular; los números no son buenos a domicilio, pero el equipo sí sale a ganar. En condiciones normales podríamos tener cuatro o cinco puntos más".

Ciertos sectores le han colgado el cartelito de ser excesivamente defensivo, algo que no encaja demasiado bien: "Es un sambenito que me han puesto. A mí me gusta saber la idiosincrasia de los lugares. Amarrategui o no, para mí jugar bien es llevar la pelota de un campo a otro. Amarrategui es lo que hizo el Córdoba B el otro día, con diez tíos por detrás de la pelota. Pasé de que me quisiera fichar el Barça a venir al Cádiz, y no sería por ser amarrategui".

La apertura del mercado de invierno se acerca pero Agné no se olvida de pronunciar la plabra cantera: "La plantilla es corta, pero tenemos a los jugadores del filial para echar una mano. Es de obligación mirar el mercado, siempre estar alerta".