Los mensajes de apoyo y calma para que la afición estuviera con el equipo en un partido de tanta transcendencia se cumplieron a medias por parte del respetable. Es cierto que se registraron menos huecos en la grada con las campañas puestas en marcha por el club, pero la galería de insultos y descalificaciones fue tremenda siendo las víctimas elegidas Antonio Muñoz, Julio Peguero y los jugadores.

Fue casi increíble e inesperado que el colegiado Jaime Latre decretara el inicio del choque y buena parte de la grada empezara su recital contra Antonio Muñoz. Desde insultos, pasando por descalificaciones y burlas, en los asientos de las gradas estaban colocados unos panfletos en los que se podía leer: "Muñoz vete ya (después del partido, todos en la puerta de Preferencia y Fondo Sur)". El peso de la culpa recayó ayer sobre la cabeza visible del club a pesar de que no es la persona que ha conformado una plantilla que está entre las más caras de la categoría. Como los seguidores saben que este aspecto es así, el todavía director deportivo, Julio Peguero, también se llevó una buena ración de insultos e invitaciones para que abandone el club.

Lo que ocurrió ayer es que cuando el equipo cadista pegó el bajonazo habitual y el Albacete la enchufó tres veces, los once de amarillo recibieron leña dura desde el graderío, donde muchas voces hablaban de "peseteros", de "ausencia de compromiso con los colores y de falta de...".

Pintaba la situación tan fea, que pasaron desapercibidas la elevación sufrida en los nuevos banquillos, que se han acercado más al terreno de juego, y el aguacero que descargó en el descanso. Ayer la gente no estaba para detalles porque las miradas y la ira apuntaban al palco de autoridades y al césped.

Explicar el castigo que buena parte de la afición aplicó a los profesionales señala de manera especial a Kiko Casilla y Jon Erice. El portero no sólo fue criticado, sino que recibió insultos cada vez que sacaba de portería. Todo ello provocado por el enfado del personal tras el tercer tanto del Albacete. A Erice también se la tenían guardada y se llevó una sonora pitada cuando fue sustituido. Mal recuerdo de un día en el que no fue de los peores y, además, renovó contrato al alcanzar los 25 partidos.

Tras el cuarto gol y a la conclusión del encuentro, buena parte del público siguió sin perdonar a Muñoz y Peguero, que de nuevo tuvieron una despedida de Carranza bañada por el insulto siempre fuera de lugar.