La junta general de accionistas del Cádiz CF prevista para este sábado 28 de diciembre no pudo desarrollarse con mayor morbo que el de ver a Quique Pina frente a frente con Manuel Vizcaíno. No es una inocentada. Ha ocurrido a primera hora de la mañana en la sala de prensa del Ramón de Carranza, escenario elegido para la cita.

En efecto, la presencia del ex consejero delegado se convirtió en noticia porque sus visitas a la capital gaditana casi siempre lo han sido y por la conflictividad judicial que mantiene con el actual presidente, inmersos en un litigio que comienza a convertirse en una historia interminable que a muchos cadistas les importa un bledo mientras que el equipo amarillo mantenga la trayectoria que le ha llevado a figurar como líder sólido de Segunda y máximo aspirante al ascenso a Primera.

Como cualquier otro propietario de títulos de la sociedad que cumple con los requisitos exigidos para estar presente en la junta, Pina ejerció su derecho a conocer las cuentas de la entidad, tanto las del pasado ejercicio como las previsiones para el siguiente, protagonizando, pretendiéndolo o sin pretenderlo, un momento de cierta tensión por cuanto de todos es conocido el enfrentamiento con Vizcaíno.