Palo deportivo y económico

La eliminación copera pone de relieve las carencias del equipo y de algunos jugadores · El adiós prematuro ante el Arroyo dejará en las arcas 60.000 euros menos que la temporada pasada sin incluir las taquillas

Palo deportivo y económico
F.j. Díaz / Cádiz

14 de septiembre 2012 - 05:02

Hace dos temporadas el Cádiz dijo adiós a la Copa del Rey, después de perder en el campo del desaparecido Polideportivo Ejido. Aquella decepción pasó factura al entonces entrenador, Risto Vidakovic, al entender el club que no se responsabilizó lo suficiente de que se trataba de la tercera eliminatoria -ultima antes de esperar a un grande- y que, por lo tanto, debían jugar los mejores. En la noche del pasado miércoles no jugaron de inicio con la elástica cadista los que hasta el momento han demostrado ser los mejores, sobre todo en defensa, y el desastre deportivo se une al económico por el dinero que deja de ingresar la entidad.

La Liga es el verdadero objetivo del Cádiz, que necesita a toda costa volver al fútbol al profesional si quiere prolongar sus años de historia. Pero el día a día de un club que vive inmerso en una muy delicada situación económica pasa por tomar oxígeno en un torneo como el del k.o. La remontada ante el San Roque de Lepe tuvo más valor de lo que supuso el factor deportivo, ya que aquella misma noche de la primera ronda copera se supo que en la segunda esperaba el Arroyo, que, con todos los respetos para la modesta escuadra cacereña, a priori no se presentaba como adversario para dejar fuera de competición a los amarillos. Pero como en el fútbol dos más dos no siempre suman cuatro, el débil se comió al poderoso y el conjunto extremeño hará un poco más de historia alcanzando la tercera ronda.

El Cádiz ha dicho adiós de forma prematura aumentando dudas, muchas de ellas por el trabajo defensivo. El rendimiento de jugadores como Aitor Núñez, Domingo, Garrido, Vergara, Nico Varela... pone de relieve que puede existir una gran diferencia entre los elegidos para la Liga y el resto. Lo peor es que la masa social se ha percatado de este dato y la tensión y los pitos pueden ir en aumento en venideros encuentros que tengan como escenario el Nuevo Carranza. Los jugadores entonaron el mea culpa después del partido y reiteraron el dolor de ver como les superaba un rival que apenas llegó dos o tres veces a la portería de Bernabé. Ese dato pone aún más de manifiesto el penoso nivel defensivo de los de Monteagudo. La grada, que es soberana, pitó de forma importante a los que señaló como principales culpables sabiendo que es lo que hay hasta que llegue el mercado de invierno. El único deseo del aficionado es que la segunda oportunidad para fichar se presente con el equipo en la pelea por los cuatro primeros.

Al revés deportivo hay que unir el económico. La Copa del Rey dejó la pasada temporada la nada despreciable cifra de 91.000 euros; esta cantidad fue por pasar tres eliminatorias y sin incluir en la misma el concepto por taquillas. Este año el ingreso quedará en unos 30.000 euros, que son 60.000 menos que el año pasado sólo por participar y alcanzar la segunda ronda. Un club inmerso en un Concurso de Acreedores y en el que un céntimo se mira cuatro veces antes de ser utilizado, no puede permitirse un ridículo deportivo que lleve de la mano un descalabro económico. Al día de hoy, 60.000 euros es oro puro para las arcas del Cádiz.

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