Lo único que tendrá Julián Rubio de amarillo este domingo será su apellido. El entrenador del Albacete no olvida sus tres semanas al frente del Cádiz en la temporada impronunciable del último descenso a Segunda División B, pero esta semana está "centrado" en la actualidad de su equipo, inmerso en puestos de descenso tras el empate en el Carlos Belmonte ante el Villarreal B. El manchego, que no se siente presionado pese a la soga que muchos dicen que ya cuelga de su cuello, reconoce que le produce "nostalgia" su regreso a la Tacita de Plata y deja claro que sus jugadores saldrán a por la victoria "desde el primer minuto".

Pese a lo que hay en juego, el ex entrenador cadista defiende que el partido del domingo "no es definitivo ni para el Albacete ni para el Cádiz". "Hablar de final es una barbaridad", aseguraba el manchego. "No soy partidario de hablar de ellas cuando quedan por disputarse 16 jornadas", argumentaba. "Los dos equipos estamos necesitados de puntos, eso no se puede esconder, y por eso espero un partido tenso, muy serio. El resultado, lógicamente, tendrá una repercusión en el futuro, pero ni va a condenar al que pierda ni va a librar de la quema al que gane, tiempo al tiempo", barruntaba con la voz de la experiencia. "Confío en mis jugadores y por eso no estoy intranquilo. Y en lo que respecta al Cádiz, entiendo que los amarillos tienen plantilla suficiente y un gran entrenador para lograr la permanencia. Hay muchos equipos peores que el Albacete y el Cádiz, equipos que están sacando puntos estas últimas jornadas a base de arreones, a base de plantar autobuses en su propia área", afirmaba Julián Rubio.

Y hablando de autobuses... ¿Planteará uno el entrenador del Albacete en el verde del Ramón de Carranza? El manchego responde: "Mi estilo, sólo hay que ver mis alineaciones, no es plantar un autobús. Y en Carranza no voy a dejar de ser fiel a mi estilo: en un principio no firmo un empate, ya llevamos bastantes".

¿Sólo en un principio? "Habrá que ver cómo se desarrolla el partido. Somos rivales directos y están en juego algo más que tres puntos por aquello del goal-average. Saldremos a ganar, pero a lo mejor al final, dependiendo de lo que ocurra, acabamos dando por bueno un punto", explicaba.

La última jornada hizo daño al Albacete. El empate ante el Villarreal B le metió de lleno en los puestos de descenso, aunque los manchegos superan en cuatro puntos al Cádiz y este fin de semana podrían darse un buen respiro en caso de lograr la victoria. Julián Rubio miraba hacia atrás y aseguraba que, a pesar de la última igualada en casa, está "sereno" y es "plenamente consciente de la situación". "No estoy preocupado por la dinámica del equipo. Me preocuparía si no viera fuerza, gol o reacción, pero no es el caso", decía. "Esperaba un partido así, aunque no que nos metieran un gol en el primer disparo que hicieran", recordaba sin pasar por alto que el filial castellonense "es el equipo más peligroso de la categoría". "Tuvieron el balón, pero no las ocasiones", señalaba orgulloso. El manchego pidió la unidad de todo su entorno "porque todos juntos, podemos". "Si no estamos juntos, seguro que nos cuesta más o, a lo mejor, ni podemos", decía.

El entrenador del Albacete está "centrado" esta semana en la actualidad de su equipo, inmerso en puestos de descenso tras el empate en el Carlos Belmonte ante el Villarreal B, pero no olvida sus tres semanas al frente del Cádiz en la temporada impronunciable del último descenso a Segunda División B: "Llegué al banquillo y frenamos la caída en picado con un punto ante un Málaga que acabaría subiendo. Contra el Sevilla Atlético desperdiciamos cien ocasiones y lo del penalti en el Rico Pérez fue cruel. Me siento tan partícipe de ese descenso como cualquier jugador de la plantilla y hubiera disfrutado de la salvación como uno más. Me siento cadista desde siempre, tengo una casa en la provincia. Sentí mucho aquello y nadie me consoló. Me alegrará mucho volver al Carranza, estuve poco, pero cuando llegué ya le tenía simpatía a ese equipo tan particular que es el Cádiz".