¿Qué haría un presidente si no fuera presidente cuando su equipo no da lo que se espera de él? Pues comportarse como un aficionado más. El dirigente del Albacete, Rafael Candel, llenó ayer de titulares la prensa manchega tras sus sentidas declaraciones del martes. "Que la grada pite me parece bien porque lo que estamos viendo en los partidos es para eso. Ayudarían más al equipo si ni pitaran, pero están un poquito hartos porque llevamos varias temporadas así y si yo no estuviera en la grada a lo mejor hubiera pitado también. No pito porque no me deja el que está a mi lado", escupió dolido al ver a su equipo en los puestos de descenso a Segunda B tras el último empate ante el Villarreal B.

Candel reconoció la difícil situación deportiva que atraviesa el Albacete, justificada por el mal estado económico del club, aunque aclaró que "el tema económico está encauzado", si bien está pendiente de la reunión que se debió celebrar en Toledo para acordar el aplazamiento de la deuda con Hacienda y la Seguridad Social. "Se suspendió y se sabrá en quince o veinte días", aclaró.

Rafael Candel concretó que "este va a ser un año de transición" y adelantó que si el equipo salva la categoría "el año que viene será distinto y para bien". "Estoy seguro", apostilló. "Si reducimos la deuda y tenemos más tiempo, haremos un equipo competitivo y podréis trabajar mejor (los medios de comunicación) y en un futuro en Primera División", señaló.

"La culpa es únicamente nuestra", resumió en voz alta.