El valenciano Fali Giménez se convirtió en la gran sorpresa del once inicial en el Benito Villamarín no ya por su presencia entre los elegisos como titulares, algo bastante frecuente esta temporada, sino por la demarcación en la que saltó al rectángulo de juego.

Quizás por lo sucedido en la anterior jornada contra el Getafe, rival ante el que Álvaro Cervera lamentó que sus hombres no ofrecieran más intensidad defensiva en la zona ancha, sobre todo a la hora de robar balones o llegar antes a los rechaces, en esta ocasión optó por mantener al danés Jonsson pero colocar como acompañante a Fali en detrimento de un indiscutible como es Álex Fernández.

De este modo, colocado como integrante del doble pivote en vez de como central, el ex del Nástic se vació desde el primer minuto, centró sus esfuerzos en labores de contención y no desentonó lo más mínimo pese a lo novedoso de su demarcación.

Eso sí, mediado el segundo tiempo dijo basta. El cansancio hizo mella y se tiró al suelo con sobrecarga muscular, solicitando el cambio. En su lugar entró Garrido.

Precisamente el bilbaíno aseguró al término del choque que “lo hemos intentado. Ha habido fases del partido que lo hemos tenido donde queríamos y al final nos han marcado, después no ha sido posible”.

“Nosotros sabíamos que iban a tener manejo del partido, que podíamos robarle y salir a la contra. Hemos intentado hacerlo. No ha podido ser. Tampoco han tenido ocasiones claras como para llevarse el partido, pero se lo han llevado. Queda muchísimo y a ganas no nos va a ganar nadie, toca seguir peleando”.