Cádiz CF

Errores arbitrales históricos que provocaron la repetición de partidos

Negredo abre los brazos mientras se queja después del gol del Elche.

Negredo abre los brazos mientras se queja después del gol del Elche. / Jesús Marín

No para de dar vuelta el escandaloso error acontecido en el gol del empate del Elche frente al Cádiz CF (1-1), en la pasada jornada de la Primera División española -denominada Liga Santander-, que privó a los amarillos de un triunfo clave para poner tierra de por medio con las posiciones de descenso. A lo largo de la historia más reciente del fútbol encontramos errores arbitrales históricos que provocaron la repetición de partidos.

En España existe un único precedente que tuvo lugar en la temporada 1986-87, en un encuentro entre el Sabadell y el Osasuna, disputado en la Nova Creu Alta. El equipo catalán venció 1-0, aunque el cuadro navarro procedió a impugnar el choque por alineación indebida de los dos futbolistas extranjeros del Sabadell. El Comité de Competición no atendió la solicitud del Osasuna, dando por bueno el marcador, aunque Apelación acordó la repetición del partido. Sabadell y Osasuna empataron sin goles en ese nuevo encuentro.

Pero este caso en la Liga española se pueda trasladar a las competiciones domésticas de otros países e incluso a la fase de clasificación para un Mundial. En 1993 un fallo técnico del colegiado obligó a repetir el Girondins-Toulouse (1-0); todo nació en un libre indirecto a un metro de la línea de gol. El árbitro mandó sacar la falta desde ahí y acabó en el único gol del encuentro. Sin embargo, el reglamento indica que se debe sacar perpendicular a donde se produjo la infracción pero desde la línea del área pequeña. La Federación Francesa ordenó repetir el partido, que en segunda instancia también ganó el Girondins (2-0).

En la campaña 1997-98 hay que trasladarse a la Bundesliga para encontrar otro caso de repetición de partido. En un Bayern-Nuremberg, con triunfo 2-1 para los locales, las imágenes de televisión mostraron que en el primer tanto del Bayern el balón no había rebasado la línea -gol fantasma-.

En la Copa Inglesa (FA Cup), un Arsenal-Sheffield de octavos de final se tuvo que repetir una vez que los locales vencieron 2-1 con un gol de Overmars al aprovechar un saque de banda que un rival había cedido intencionadamente tras lesionarse un jugador del Arsenal; es decir, un compañero de Overmars.

De nuevo en Francia, en 2002, el Auxerre-Sedan vivió un saque de centro del equipo local -después de marcar el empate a uno el conjunto visitante- con dos jugadores que habían celebrado ese tanto y que no habían regresado a la mitad de su campo. El Auxerre consiguió marcar en ese acción el 2-1 y el Sedan impugnó el partido, que se disputó seis meses después y acabó al igual que la primera vez, 3-1.

Bélgica tampoco ha escapado a escándalos arbitrales como sucedió en un choque entre el Anderlecht y La Louviere, en noviembre de 2004. Un jugador local lanzó a potería y el balón se pinchó antes de entrar en la portería y estalló una vez dentro. El colegiado dio validez al tanto y la Federación Belga obligó a repetir el encuentro.

La Liga turca también conoce un caso repetición de un partido. Besiktas y Gençlerbirligi se vieron las caras en 2005, y en una falta a favor de la escuadra visitante el colegiado pitó dos veces: una antes del disparo y otra para que no se moviera la barrera. Entre ambos pitidos el jugador lanza y marca, dando el árbitro validez al tanto. La FIFA intervino finalmente y ordenó que se jugara de nuevo el partido.

También la FIFA tuvo que decidir en un Uzbekistán-Bahréin, de la fase de clasificación para el Mundial de 2006. Los locales dispusieron de un penalti que transformaron pero el árbitro invalidó por la entrada de jugadores uzbekos en el área antes del lanzamiento; en vez de mandar repetir la pena máxima, el colegiado decretó un libre indirecto contra el equipo que contaba con el penalti a favor. El máximo organismo mundial del fútbol, tras una reclamación de Uzbekistán, ordenó la repetición del duelo un mes más tarde.

Y en el Europeo femenino sub'19, partido Noruega-Inglaterra, minuto 96 (2-1 para Noruega), la alemana Kurtes pitó un penalti a favor de las inglesas, que lanzaron la pena máxima transformándola. Se anuló el lanzamiento por invasión ilegal del área, pero en vez de mandar repetir el lanzamiento, concedió libre indirecto a favor de Noruega equivocadamente (procedía la repetición). Como consecuencia de la reclamación efectuada, UEFA decidió repetir el penalti y lo que restaba del partido por aplicación errónea del reglamento.

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