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Cumpleaños infeliz y sin calzona azul

  • El Centenario cadista no lleva más público al estadio Carranza y pasa casi inadvertido ante el aburrimiento general

Apenas dos o tres detalles y poco más. El cumpleaños centenario del Cádiz no pasó inadvertido ayer en el estadio Carranza, pero casi. Una enorme bandera que fundía los escudos del Mirandilla y el Cádiz en un abrazo histórico entre el pasado y el presente ondeaba en el Fondo Sur, portada por los Brigadas Amarillas, antes del arranque del partido. Unas pocas pancartas alusivas a la efeméride y poco más que contar, incluido el clásico cántico del cumpleaños feliz también protagonizado por los animosos del Fondo Sur durante medio minuto.

Poco dio de sí ayer el Centenario. Sobre el maltrecho césped descansaban dos enseñas con el logotipo del Centenario (una sobre fondo amarillo y otra sobre fondo azul) como prólogo a un duelo que defraudó.

El partido no podía ser más atractivo a priori. Se enfrentaban dos gallitos de la categoría que sin embargo no estuvieron a la altura y ofrecieron un lamentable espectáculo lamentable sobre el terreno de juego mientras el personal se adormecía y sólo despertaba en el tramo final para intentar ayudar a un Cádiz que al menos consiguió evitar el centenariazo.

El aspecto que ofrecía la grada tampoco estaba acorde con la historia centenaria del club, aunque sí con la categoría en la habita el Cádiz. Seis mil personas dejaron huecos en todas las zonas del campo en una clara demostración de que muchos cadistas han optado por otras actividades esta temporada.

La vestimenta que ayer lució el Cádiz no estuvo a la altura de la historia de club. En el partido considerado como el del Centenario (por su cercanía con la fecha de conmemoración) las calzonas azules brillaban por su ausencia y el equipo saltaba al terreno de juego con el atuendo amarillo al completo que tantas ampollas ha levantado entre la afición.

Fue una celebración de cumpleaños insulsa. Ni siquiera llegaron regalos esperados y necesarios: un presidente, un delantero... Lo que único que dio luz al Centenario fueron los focos.

Como es habitual en los últimos tiempos, hubo recuerdos, y no muy gratos, para el ex presidente y máximo accionista del club, Antonio Muñoz, quien se llevaba su pequeña ración de insultos de una parte de la grada.

El ambiente subió de temperatura cuando Aarón Bueno igualó la contienda de penalti. Los pitos de protesta por el mal juego del Cádiz se transformaban en gritos de apoyo.

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