La vuelta al trabajo en la Ciudad Deportiva este jueves no era precisamente sencilla después de lo sucedido el miércoles por la noche en el Ramón de Carranza contra el Mirandés. Ceder un empate (3-3) cuando se ha llegado al tiempo de prolongación con dos goles de ventaja es motivo más que suficiente para que un equipo se quede tocado. Sin embargo, el vestuario del Cádiz invita al optimismo por las señales que transmite, más allá de lo que se traduce sobre el césped.

Para ayudar a que las heridas se curen cuanto antes, nada mejor que contar con el apoyo del presidente. Quizás por ello, Manuel Vizcaíno acudió a la sesión en El Rosal con la intención de dar ánimos ahora que se viven los peores momentos de la temporada, con cuatro partidos seguidos sin ganar y un liderato que ha dejado de ser tan solvente.

El dirigente habló con los jugadores, abrazó a Alberto Cifuentes, que como guardameta siempre puede quedar más señalado que nadie después de duelos como éste o como el anterior en casa con el Numancia, dialogó también con Álvaro Cervera... Toca ver la botella medio llena en vez de medio vacía. El margen sobre el tercero, de seis puntos, se habría firmado en agosto.

Mensajes de twitter como el de Álex Fernández al asegurar que “mejoraremos y corregiremos errores. Confianza plena en mi equipo. Nadie dijo que fuera a ser fácil” también contribuyen a cambiar la dinámica. O la predisposición de Fali a volver antes. Pese a que su lesión en el pie derecho debería tenerle como baja un mes, este jueves empezó a correr e incluso no duda en desafiar al médico al decirle que tiene intención de trabajar con el grupo el martes. Al final va a ser verdad que hay gente de otra pasta...