Álvaro Cervera lo tenía tan claro que no paró de insistir antes y durante el partido entre el Cádiz CF y el Barcelona (12ª jornada de Liga) disputado en el estadio Carranza el sábado 5 de diciembre.

La obsesión del entrenador del Cádiz CF era desarmar el ataque del Barça por el centro y las bandas. En la zona central ubicó un trivote que ejerció de cortafuegos, ayudante además en la parte trasera. Y en cada desplegó banda dos laterales. Sí, dos laterales en cada costado para cortocircuitar las internadas del potente adversario. Tiene tanta calidad el cuadro azulgrana que alguna vez se colaron Dest y Jordi Alba, pero no tanto como hubiesen querido.

La misión era defender hasta la extenuación. Cervera comprobó como el plan urdido durante la semana se estaba cumpliendo al dedillo, pero había que mantener la tensión competitiva hasta el final.

Cuando el técnico decidió cambiar a Jairo y Alberto Perea, cansados de tanto esfuerzo desplegado en las bandas (se exprimieron el máximo en defensa), aleccionó con energía a Iván Alejo y Bobby Adekanye, que iban a ocupar los carriles (delante de Iza Carcelén y Pacha Espino) en los últimos minutos, decisivos para tratar de conservar la ventaja en pleno arreón de los hombres de Ronald Koeman.

La ausencia de espectadores en los partidos hace que se oiga todo lo que se cuece en el césped en la parte de los banquillos. Y en la zona del conjunto amarillo, en medio de silencio de las gradas, resonaron con fuerza las instrucciones que Cervera dio a los extremos que se disponía a saltar al terreno de juego.

"Sois laterales, sois laterales", repitió varias veces el entrenador a Iván y Bobby para hacerles ver que la prioridad era taponar las bandas. Para rematar la faena había que defender hasta el último suspiro y eso fue lo que hicieron el vallisoletano y el holandés, fieles colaboradores en las labores de destrucción aunque sin renunciar al ataque.

De hecho, los dos llegaron hasta el área contraria y tuvieron en sus botas el gol de la sentencia. Iván Alejo se plantó delante de Ster Stegen y el portero repelió el derechazo del 14 del conjunto amarillo. Bobby montó una contra con rapidez pero su tiro con la bota izquierda se perdió junto a un poste.

No dieron en la diana pero los dos cumplieron a rajatabla las órdenes del míster incrustados como dos laterales más para dejar sin espacios al gigante blaugrana, asfixiado en el laberinto amarillo.