Si buscamos un ejemplo de esa conexión deseabilísima y siempre buscada entre Universidad y empresas no hay que ir muy lejos. Al principio de la calle Chile de Cádiz está la Escuela Superior de Ingeniería, un centro cargado de problemas y por lo visto también de ganas. Allí está el Grupo de Investigación de Ingeniería y Tecnologías de Materiales y Fabricación. Este nombre en principio complicado esconde una realidad bien simple: el grupo dirigido por el profesor Mariano Marcos Bárcenas se dedica a investigar los materiales de los que están hechas las cosas que los hombres fabrican, y sobre todo de lo que fabrican las industrias del entorno gaditano.

Últimamente, y de ahí su inclusión en esta serie, su trabajo está cada vez más enfocado al conformado, es decir, dar forma a los materiales de uso estratégico en la industria aeronáutica. Eso incluye el recorte, moldeado o taladrado de diversos componentes de los aviones que, concretamente, produce Airbus. Pero claro, el trabajo universitario no es el de fabricar esos componentes sino el de la investigación en la mecanización de su producción de manera más eficiente.

Para entendernos, en el Grupo de Investigación de estos ingenieros y universitarios gaditanos, a través de convenios firmados con Airbus Operations y Airbus Military, se estudia cómo trabajar mejor esos materiales, qué problemas se producen durante ese trabajo y cómo resolverlos. Y por supuesto, cómo mejorar ese proceso mecánico, para lograr mayores beneficios. "Y en la sociedad actual no podemos hablar de beneficios sólo en términos económicos -aclara Marcos-, sino en términos medioambientales. Es decir intentamos lograr tecnologías limpias y con el menor consumo de energía posible". En esta línea, se investiga ahora la manera de usar menos o ninguna cantidad de lubricantes, de una gran carga tóxica, en los procesos de corte o perforación.

En el convenio con Airbus Operations (la factoría de Puerto Real), el grupo de la UCA está trabajando en la automatización del proceso de taladrado de materiales compuestos (fibra de carbono), mientras que en el que tienen con Airbus Military (la planta de El Puerto) se trata del taladrado de estructuras híbridas, es decir de materiales hechos de varias planchas de composición diferente. Estos convenios revelan "lo fundamental que es que las empresas actuales apuesten por el I+D, y donde está la I+D es en la Universidad", según Marcos.

Para lograr el éxito, el Grupo de Investigación cuenta con una dotación de profesores, doctorandos y personal que varía entre 30 y 40 personas, y una serie de máquinas de aspecto futurista que "es suficiente para lo que estamos haciendo ahora, aunque uno siempre quiere más", como dice Mariano Marcos. Los convenios de los últimos años con Airbus han sido claves para que el Grupo goce de esta situación. Todo esto les ha llevado a resultados tan grandiosos en su sencillez como el diseño novedoso de fresas y brocas para trabajos específicos. Marcos muestra orgulloso una con dos orificios a todo lo largo para que pase el aire y la broca se refrigere sin tener que usar lubricante. El objetivo siempre es que la herramienta dure más.

Dentro del Grupo de Investigación se integra también el Laboratorio de Metrología Dimensional, una sala aislada con severas medidas de control de limpieza y temperatura a la que es obligatorio acceder con patucos de plástico. Las precauciones están justificadas. En el interior de esta dependencia, vinculada tradicionalmente a la industria aeronáutica de la Bahía, se miden y calibran importantes piezas y componentes de los aviones, como roscas que no admiten desviaciones ni siquiera de millonésimas de milímetros. La máquina más valiosa de este laboratorio, acreditado por el ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) es la Medidora de una Coordenada Horizontal, cuyas claves y cifras marean al profano, pero que en definitiva sirve para que, como siempre, las piezas encajen.