Las visitas al Centro de Interpretación se han reducido un 87% en dos años
Entre abril y diciembre de 2012 lo visitaron 52.164 personas, frente a las 6.943 que lo han hecho entre enero y octubre de este año. El hecho de que ya no incluya la visita al Oratorio ha minimizado su interés
Pasaron a la historia los fastos de la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 y, con ellos, las buenas intenciones de las instituciones para perpetuar el legado de La Pepa. No sólo no se ha conseguido un consenso político para potenciar bajo un mismo proyecto cultural y turístico todo el patrimonio relacionado con el Doce, sino que el Obispado de Cádiz y Ceuta ha truncado la continuidad de una de las iniciativas más potentes y atractivas de las que se pusieron en marcha con motivo de la efemérides. Nos referimos a las proyecciones dedicadas al Doce en el interior del Oratorio.
El espectacular audiovisual con técnica video-maping proyectaba sobre la bóveda del edificio una escenificación histórica, explicando todo el contexto histórico que rodeó la promulgación de la Constitución de 1812. Pero el 31 de diciembre de 2012, concluidos los actos del Bicentenario, el Oratorio volvió a manos del Obispado y no permitió la continuidad de este proyecto, a pesar de su éxito y de ser especialmente respetuoso con el conjunto religioso. Esta medida ha perjudicado, sin duda, al Centro de Interpretación—anexo al templo—, que se ha queda corto sin la proyección y ha perdido atractivo. Las cifras hablan. En apenas dos años, las visitas se han reducido un 87%. En 2012, entre los meses de abril y diciembre, visitaron el equipamiento 52.164 personas. En el año de la efemérides resulta normal que la cifra registrada sea tan elevada, pero llama la atención que en los diez meses de este año las visitas no hayan superado las 7.000. El Centro de Interpretación es uno de los grandes éxitos del Doce, pero su recorrido ha quedado incompleto al no incluir la visita al Oratorio ni la proyección, lo que ha minimizado su interés.
Y no sólo ha perdido atractivo para visitantes, sino también para los profesionales del sector turístico, ya que sólo una empresa se mostró interesada en su explotación, pero no presentó toda la documentación administrativa requerida. El concurso para explotar el Centro quedó, por tanto, desierto. Esto ocurrió el pasado mes de junio, pero en julio se volvió a licitar con un nuevo y mejorado pliego de condiciones, y aun así no llegaron propuestas. Actualmente la Administración regional es la titular y la que explota este equipamiento, pero no es lo que se pretendía en un principio. El delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, se está planteando dos opciones: seguir con la gestión del Centro “dinamizándola algo más” o bien, realizar las gestiones pertinentes para incluirlo en la Red de Espacios Culturales de Andalucía. No obstante, si a corto plazo apareciera algún operador con un “proyecto interesante”, se estudiaría su oferta.
El máximo responsable de la Junta en Cádiz lamenta y critica que no se esté proyectando el audiovisual en el interior del Oratorio. “¿Cómo es posible que no se esté explotando esta iniciativa, con lo atractiva que es? Pues a día de hoy no es posible, y es una pena porque el Oratorio y el Centro de Interpretación tienen mucho más valor con la proyección”.
No obstante, recuerda que el Obispado fue “radical y tajante”:“Quería el Oratorio sólo para el culto y no quiso llegar a un acuerdo para que se mantuviera abierto con fines turísticos. El 31 de diciembre de 2012 venció el convenio que rubricamos —consistente en la restauración del templo a cargo de la Junta, a cambio de la cesión de uso por el Obispado para los actos del Bicentenario—, y a los dos días pusieron un pestillo en la puerta que conecta el Centro de Interpretación con el Oratorio”.
Además, recuerda que los caños de proyección fueron cedidos por el Consorcio del Bicentenario al Obispado “sin que se preguntara a nadie”. “No quisimos generar polémica porque pensamos que íbamos a llegar a un acuerdo, pero no ha sido así. No tiene sentido que los cañones estén en el templo si no se emite el audiovisual”.
Los intentos por parte de la Administración regional para alcanzar un nuevo acuerdo con la Iglesia han resultado fallidos. “Intenté firmar con el Obispado un nuevo convenio para mantener las proyecciones, respetando siempre el significado religioso del patrimonio, pero no fue posible. Reiteradas veces se ha intentado”, asegura el dirigente.
En este punto, López Gil recuerda que la idea inicial era que la empresa explotadora del Centro de Interpretación llegara a un acuerdo económico con el Obispado sobre las entradas, con el fin de permitir el acceso al templo para visionar las proyecciones. “Pero mientras lo gestione la Junta, este asunto tiene difícil solución, ya que los criterios que quiere imponer el Obispado son incompatibles con la filosofía de la Administración andaluza”. “La Junta no va a pagar a la Iglesia ni vamos a obligar a cobrar entrada”, resalta.
La inversión total que realizó la Administración autonómica en la rehabilitación del Oratorio y de su edificio anexo, así como en la puesta en marcha del Centro de Interpretación superó los 7,8 millones de euros.
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