Cádiz

La vida desde la otra punta

  • 22 familias del numero 4 de la calle Doctor Marañón fueron realojadas hace dos años en Matadero a la espera de que esa finca se rehabilite

Hace algo más de dos años, 22 familias comenzaron una nueva vida en la otra punta de la ciudad. Las malas condiciones de la finca del número 4 de la calle Doctor Marañón, en el barrio del Balón, obligó a Procasa a desalojar a sus vecinos y realojarlos en la primera fase de 102 viviendas de Matadero.

De esta manera, este edificio quedaba abandonado a su suerte a la espera de que la situación económica de la empresa municipal de vivienda posibilitara que se pudiera realizar su rehabilitación para albergar 28 pisos.

Aunque parecía que había quedado en el olvido, una propuesta del PP en el Pleno del pasado mes de enero volvió a traer a la actualidad la situación de este inmueble. En la moción, se pedía al Consistorio que se terminase con la ejecución de este proyecto, una vez que el anteproyecto ya recibió el visto bueno municipal en abril de 2015.

Sin embargo, ésta y otras actuaciones en vivienda en la ciudad están paralizadas al no poder pedir Procasa préstamos para la realización de nuevas promociones al no ser considerada como una sociedad de mercado por parte del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, tal y como informó en dicha sesión plenaria la edil de Vivienda, Eva Tubío. De hecho, la intención municipal es que ésta sea una de las primeras acciones a desarrollar cuando se levante el veto de la Administración del Estado.

El tiempo hace que las situaciones provisionales se conviertan en permanentes. A la espera de saber cuándo se rehabilitarán y cuál el destino de las 28 futuras viviendas de Doctor Marañón, en la otra punta de la ciudad las 22 familias que se marcharon a Matadero han rehecho su vida. Las sensaciones de estos vecinos son dispares. Una parte de ellos cree que ha mejorado su calidad de vida al disfrutar de unos pisos de estreno -a pesar de las quejas por los desperfectos que el edificio tiene por los diversos parones que sufrieron las obras hasta su entrega-, otros piensan que fueron forzados a abandonar sus casas a pesar de que consideraban que no estaban en malas condiciones, mientras que algunos de ellos echan de menos su barrio, en el que se criaron y en el que han vivido media vida. Sin embargo, todos tienen claro que se marcharon para no volver, por lo que entienden que la posibilidad de regresar no existe.

A pie de telefonillo, una de las realojadas lo explica muy claramente: "Ojalá volviera, pero no va a ser así. Nos dijeron que ya nos quedábamos aquí".

Otro vecino, que no da su nombre, da una versión totalmente contrapuesta: "Yo no quiero volver". De hecho, resalta que "nosotros nos vinimos habiendo pagado una obra en la casa. Nos dijeron que la finca tenía defectos y a los dos años nos dijeron que nos veníamos para acá". Sobre las posibilidades de vuelta, deja caer que "ahora mismo no sabemos nada". Dudas que están entre que "nos dijeron que nos quedábamos definitivos" y que "íbamos a tener preferencia si aquello se rehabilitaba, pero eso va a tardar".

En la entrada de uno de los portales, poco a poco se van uniendo vecinos para contar sus impresiones hasta crearse un debate. Tomás cuenta que pasó de pagar 49 en Doctor Marañón a los 150 euros actuales. "Ya estoy adaptado aquí, qué remedio", señala. Aunque le gustaría volver, sabe que no lo hará. De lo que sí se queja es del estado de las viviendas. "Esto no es ningún chollo. Los pisos son más fríos por el pladur y porque en las ventanas hay unos huecos en los que entran cinco dedos", apunta.

Carmen Muras, otra vecina, se muestra de la misma manera que el resto de voces. "Nos dijeron que nos veníamos de realojo, pero que nos quedábamos aquí". Luis, también exhabitante de Doctor Marañón, explica más claramente la situación: "En su día renunciamos a la antigüedad y a volver allí. Fuimos forzados a venirnos porque nos dijeron que cogíamos esto o esto. A mí me costó venirme, pero ya me he acostumbrado. Aquí tenemos una casa más grande, pero no la claridad que antes teníamos. Cada caso es un mundo. Algunos han salido perjudicados y otros, beneficiados".

En una larga tertulia en la que salen las dudas sobre el motivo real del desalojo de Doctor Marañón y el dinero que algunos vecinos perdieron al hacer reformas, sobresale la voz de María Mila: "A mí me dijeron rotundamente que no me volvía, pero yo me quiero ir. No me importaría pagar allí lo que estoy pagando ahora aquí. Nos engañaron y nos vinimos forzados".

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