San Servando, San Germán, San Pedro, San Pablo, San Vicente, el Beato Diego, San Juan Bautista de la Salle, San Francisco... Los respiraderos que hasta ahora han cobijado a los cargadores del Cristo de la Misericordia incorporarán la próxima Semana Santa todo un elenco de santos que vienen a repasar los títulos que tiene concedidos esta hermandad lasaliana, franciscana, vicenciana... Lo que en el proyecto original iban a ser los doce apóstoles cambió hace unos años, cuando la hermandad transformó al completo su proyecto de imaginería menor para el paso procesional; y ahora está ya ejecutado casi al completo.

La hermandad del Lunes Santo afronta al fin la recta final de la ejecución de su paso de Cristo. Un último impulso que se marca la junta de gobierno que preside Francisco Javier Lucero, que ha iniciado una campaña de captación de compromisarios "para que en el plazo de un año y medio podamos ver al final terminado el paso que nuestro titular merece", explica el propio hermano mayor. De hecho, el Lunes Santo van a estrenar todas las imágenes que ocuparán las capillas que fueron concebidas en los respiraderos por Antonio Martín (que en las fotos se aprecian ya finalizadas, a falta de policromía) y que al igual que las cartelas del canasto ha realizado Encarnación Hurtado. Además, en esta próxima salida estrenarán el dorado del frontal y trasera de estos respiraderos, que se une a la totalidad del canasto que ya estrenaron el pasado año y que está dorando el taller sevillano de Abel y Justi.

Con este objetivo ya en camino, el reto que se marca la hermandad es que el Lunes Santo de 2019 pueda salir a la calle el paso completamente finalizado, para lo que sólo restaría el dorado de los dos respiraderos laterales. De ahí ese impulso que están pidiendo a hermanos y devotos para que durante los próximos 18 meses aporten una cuantía mensual con la que hacer frente a esa última fase.

Si se cumplieran estos últimos pasos que tienen previsto en La Palma, la hermandad completaría el próximo año una obra que se encargó nada menos que en 1996. "Hay que tener en cuenta que por medio hemos tenido que afrontar dos obras en la iglesia, la última de ellas una rehabilitación integral, y que también hemos sufrido la crisis económica tan grande en la que además la hermandad decidió apostar más por las ayudas a nuestros vecinos del barrio que por el paso", matiza Francisco Javier Lucero, que no obstante está convencido de que la larga espera "merecerá la pena para conseguir ese objetivo que se marcó la hermandad cuando encargó el paso a Antonio Martín, que era el tallista más reconocido de aquel entonces: que el Señor tuviera un paso como se merece, a la altura además del paso que tiene nuestra Dolorosa".