Cádiz

Las trabajadoras de San Martín pretenden cohabitar el inmueble

  • Las empleadas han pedido al Obispado mantener la guardería, sin haber recibido respuesta.

La otra cara de la llegada de Educatio Servanda al antiguo colegio San Martín la protagonizan las empleadas de la guardería que ocupa el edificio, cuya actividad se cerrará el próximo 31 de julio. Desde que se conociera la orden de la clausura por parte del Obispado de Cádiz y Ceuta, las trabajadoras se han movido para intentar mantener la acción educativa que desarrollan. Hace unas semanas, le hicieron llegar al obispo la oferta de la coexistencia en el edificio para no perder el centro de educación infantil, a la vez que se desarrollaba el Centro de Estudios Superiores Juan Pablo II. Sin embargo, hasta el momento han recibido la callada por respuesta.

Esta propuesta puede tener más relevancia si cabe cuando desde la Delegación Territorial de Educación de la Junta ya se ha avisado que la puesta en marcha de los ciclos formativos de grado superior no se podrá realizar el próximo curso.

La responsable de la guardería, Ascensión María López, afirmó que, tras ser descartada la apertura por parte de Educación, "se refuerza nuestra tesis y sería lo más lógico que siguiésemos nosotros". Más si cabe, cuando, como recalcó, uno de los motivos de la clausura ordenada por el Obispado es la falta de rentabilidad.

Asimismo, resaltó las "esperanzas" que tenían en la guardería de ir aumentando progresivamente el número de alumnos por la falta de plazas privadas en el centro de Cádiz, algo que reforzó al apuntar que "si siguiéramos otro año más se vería la rentabilidad".

Junto a las trabajadoras, los padres y las madres que tienen a sus hijos en el centro infantil también han movido ficha para intentar convencer al Obispado. La pasada semana entregaron una carta refrendada por unas 700 firmas para pedirle al obispo que esta actividad pueda seguir realizándose en el inmueble.

La carta defiende que existe una escasez de plazas privadas de guardería en el casco antiguo, así como consideran "injusto " el cierre por la labor que se ha desarrollado en el centro".

Yolanda Letrán, una de las madres del centro infantil, comentó ayer que ya hace un mes, tras conocerse el cierre de la guardería, se puso en contacto con el Obispado a través de un correo electrónico. "Me derivaron al secretario del obispo, que me agradeció el interés y me dijo que ya se pondrían en contacto conmigo", señaló Yolanda, que apuntó que "no he recibido ninguna contestación por parte del Obispado".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios