María José Pineda y Yolanda Benítez eran dos amigas en paro que un buen día se interesaron por el Rincón Gastronómico del Mercado Central. Fueron a preguntar a Asodemer, la asociación que aglutina a los detallistas, para montar un negocio que en principio iba a ser una freiduría de pescado y acabó siendo La Sartén, con cariño y huevos, una tortillería que en junio cumplirá dos años abierta. Su historia sería como la cualquier emprendedor si no se le hubiera cruzado en el camino Microbank, el banco social de La Caixa, lo que les condujo a cocinar en Barcelona ante el mismísimo Isidro Fainé, el presidente de esta entidad bancaria. Hasta allí viajaron a principios de febrero como ejemplos de emprendimiento a través de los microcréditos, que en el caso de La Sartén es un microcrédito social. Y triunfaron. Su video promocional fue elegido para ilustrar una reunión mensual de directivos celebrada en las famosas y espectaculares torres que La Caixa tiene en la avenida Diagonal. María José y Yolanda cautivaron a Fainé, uno de los hombres más influyentes en la economía española.

Antes de llegar a Barcelona, La Sartén se labró una fama en poco menos de dos años a base de perseverancia, que combinada con una idea que conquistaba, le abrió muchas puertas. Su proyecto llegó al banco después del asesoramiento que recibieron las socias en Andalucía Emprende a través del CADE (Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial). "El aval era el propio proyecto. No teníamos dinero para empezar, pero La Caixa creyó en nosotras y después de pasar muchos filtros nos concedió el crédito", comentaba ayer María José Pineda. "Nos lo pusieron muy fácil en el banco. Nos vamos a tatuar la estrella de La Caixa", apuntaba, sonriendo, su compañera.

De más de mil proyectos en toda España eligieron nueve, a los que filmaron en videos. El suyo (puede verse en el Facebook de La Sartén) fue elegido como ejemplo y proyectado en Barcelona. "Allí fuimos invitadas y nos trataron de maravilla. Vimos el video con el propio presidente de La Caixa, Isidro Fainé, y luego hicimos algunas de nuestras tortillas que incorporaron al catering que tenían preparado", contaba María José. "Luego la secretaria de Fainé nos llamó de su parte para decirnos que le habían encantado las tortillas", añadía Yolanda.

"Cocinamos con huevos camperos de gallinas felices y aceite de oliva ecológico", reza en un cartel del negocio. "El aceite viene de una almazara de Zahara de la Sierra. Las patatas, del propio Mercado, bien de Sanlúcar o bien gallegas, según temporada", explicaba María José. ¿Y eso de las gallinas felices? "Porque se crían sueltas, a su aire", señaló Yolanda. Las tortillas creativas han cuajado en un entorno en el que unos negocios hosteleros se mantienen y otros van cambiando. Con la tradicional tortilla de patatas o la de cebolla conviven algunas tan innovadoras como las de morcilla y piñones, queso de cabra con mermelada de pimientos o cabrales con nueces. Unos 15 sabores diferentes pueden encontrarse en la carta. La sartén hace tortillas por encargos, para cumpleaños y comuniones. El secreto del éxito no tiene mucha ciencia. Las tortillas se hacen "con cariño y sin prisas, como en casa", según María José Pineda.

En el Mercado Central, La Sartén cumplirá dos años en junio. El enclave está de moda "pero se pasa mucho frío en invierno y mucho calor en verano. Está demasiado a la intemperie. Hay pocas mesas, sólo podemos guardar tres en el puesto. Hacen falta más". Pero las incomodidades se sobrellevan. Con cariño y huevos, claro.