El techo de la iglesia de Salesianos en Cádiz que se derrumbó en 1966

Historia de Cádiz

El domingo 3 de julio de 1966 se derrumbó parte del techo de la iglesia del colegio Salesiano, sin que se registraran heridos

Estaba previsto que esa tarde se celebrara una misa por el fin de curso

Imagen de 1966 tomada tras el derrumbe del techo en los Salesianos.
Imagen de 1966 tomada tras el derrumbe del techo en los Salesianos. / M.H.

El derrumbe producido esta semana en el techo de la iglesia del colegio de las Esclavas, que ha obligado finalmente a tirar también las paredes del templo para evitar una caída definitiva e incontrolada, tuvo un precedente en Cádiz hace algo más de medio siglo. En circunstancias muy parecidas: también en un colegio, también en la iglesia, también el techo y también, afortunadamente, sin heridos, el 3 de julio de 1966 cayó una parte de la cubierta de la iglesia del colegio de los Salesianos, un derrumbe que afectó fundamentalmente a la zona del altar. Apenas unos meses después, en diciembre del mismo año, el obispo Antonio Añoveros bendijo la rehabilitación del templo salesiano.

Nos acercamos a aquel suceso del siglo pasado de la mano de Manuel Holgado, historiador, profesor del centro desde hace décadas y que también fue subdirector desde 2005 y director desde 2017 hasta el año 2021. Pero, además, Holgado es un profundo conocedor de la historia de este colegio que hunde sus raíces en la donación de los terrenos por parte de Ana de Viya, interesada en que la congregación salesiana se implantara en Cádiz con su proyecto educativo basado en la enseñanza de oficios y en la atención a los jóvenes más necesitados. El proyecto se hizo realidad en 1904: hace ahora 118 años.

El techo de la iglesia cayó sobre las cinco de la tarde de aquel, se supone, caluroso 3 de julio de 1966. Otros calendarios escolares regirían por aquella época, hace 56 años, cuando estaba previsto que esa misma tarde (domingo y 3 de julio) se celebrara en la iglesia una misa para despedir a los alumnos que se iban de vacaciones... El derrumbe se produjo minutos antes de aquella eucaristía, lo que evitó una tragedia mayor.

Como Diario de Cádiz no se publicaba por aquella fecha los lunes, Manuel Holgado, que tiene varios escritos sobre aquel suceso, guarda recortes de prensa de la Hoja del Lunes y del periódico madrileño Ya, que publicó alguna foto con la noticia del derrumbe. En la Hoja del Lunes se contó así: “Ayer tarde sobre las cinco de la tarde por causas que se desconocen, aunque se supone que por la vibración producida al paso de un reactor, se produjo el derrumbamiento de un gran trozo de la techumbre de la Iglesia de las Escuelas Profesionales Salesianas de Extramuros. Corresponde la parte siniestrada al presbiterio y los cascotes, viguería de hierro, cayeron sobre el altar mayor destrozándolo completamente y dañando seriamente sus imágenes”.

Información aparecida en el diario madrileño 'Ya.'
Información aparecida en el diario madrileño 'Ya.' / M.H.

La teoría del avión a reacción también fue publicada por el diario Ya, aunque Holgado aporta un informe militar posterior al derrumbe en el que se asegura que ningún avión sobrevoló ese día el cielo de la capital gaditana, lo que descartaba oficialmente esa posibilidad y dejaba casi como única causa del derrumbe el mal estado de una cubierta que databa del año 1904. Manuel Holgado explica que testigos de aquel día mantuvieron la versión del vuelo de algún aparato, lo que se relacionó con el hecho de que sus vibraciones acabaran por hacer caer el débil techo: “Una tradición oral imposible de confirmar documentalmente”.

En su crónica, la Hoja del Lunes contaba que tras la caída del techo acudieron al templo los salesianos y algunos antiguos alumnos que, en primer lugar, se dieron prisa por retirar de los escombros “las sagradas formas del sagrario, que quedó intacto, y luego las veneradas imágenes”.

Manuel Holgado explica que los Salesianos se movilizaron pronto para reconstruir el templo: “Se solicitaron ayudas a los organismos oficiales, ministerios de Hacienda, de Justicia, Dirección General de Arquitectura del Ministerio de la Vivienda; a estos organismos se enviaron escritos de solicitud de ayuda económica, en virtud de la normativa vigente entonces. La valoración de los daños se cifró de forma superior a 1.300.000 pesetas, y se realizó un presupuesto de obras mínimo cercano a las 725.00 pesetas, pretendiendo aprovechar las reformas para adecuar el espacio de culto a la nueva liturgia emanada de las directrices del Vaticano II”.

“El coste de la restauración final –continúa Holgado– fue de 587.370 pesetas, que se cubrió prácticamente en su totalidad y en el plazo fijado. Entidades públicas e instituciones privadas (Diputación Provincial, Ayuntamiento de Cádiz, Obispado de Cádiz, Caja de Ahorros de Cádiz, la Capellanía Base Naval de Rota, los funcionarios del Cuerpo de Aduanas, la propia Inspectoría Salesiana...) aportaron el 29,7% de los fondos necesarios; empresas industriales, del transporte, del comercio y del espectáculo de la ciudad dieron el 8,9% de esos fondos; el resto, el 61,4%, fueron aportaciones individuales de antiguos alumnos y devotos de María Auxiliadora. A excepción del Ayuntamiento y la Diputación, no se recibió ayuda oficial alguna para la reconstrucción, y muchas solicitudes de ayudas no tuvieron respuestas”.

“La restauración consistió en la demolición y retirada de los restos de la antigua cubierta, y la sustitución de una nueva cubierta de uralita soportada sobre cerchas de hierro, además de la colocación de un falso techo plano de escayola”, entre otras acciones arquitectónicas y decorativas. Como el primitivo retablo neogótico de madera dorado y el camarín de la Virgen quedaron totalmente destruidos, el altar se recuperó con un mármol rectangular de gran tamaño, con nuevo sagrario y con un pedestal para colocar la imagen de María Auxiliadora.

Lo cierto es que el 6 de diciembre de 1966, cinco meses después del suceso, el obispo Añoveros presidió la eucaristía de reapertura de la iglesia.

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