Una tarde alegre en el hospital
La asociación Todo por una sonrisa ameniza los martes la estancia de los niños ingresados en el Puerta del Mar
La seriedad y el silencio del hospital Puerta del Mar se rompe los martes por la tarde. Ese día hay fiesta en la séptima planta, la infantil, y tanto los niños como sus padres se olvidan por unas horas de los males gracias a un grupo de payasos y marionetas.
Los voluntarios de la asociación Todo por una sonrisa van cada semana a llevar "ilusión, alegría y esperanza" a los pequeños hospitalizados y ofrecer alivio a sus padres, según cuenta la presidenta, Gloria Rosado.
Esta entidad sin ánimo de lucro organiza actividades, como talleres de manualidades y cuentacuentos, que se van alternando cada semana, y actuaciones de payasos y cuentacuentos, que nunca pueden faltar porque son los más demandados por los niños. Las actividades se desarrollan en el aula pedagógica o en el pasillo central. Pero los niños que no pueden salir de su habitación no se quedan sin fiesta. A ellos van a visitarlos los payasos y las marionetas.
Marta Rodríguez, responsable en Cádiz del grupo de voluntarios, explica que cada semana trabajan con un objetivo. Todas las actividades están enfocadas a transmitir un valor a los pequeños. Así, el pasado martes, por ejemplo, era la mujer trabajadora, ya que estaba reciente la celebración del Día Internacional de la Mujer.
La tarde comenzó con música. La timidez de los menores duró poco tiempo y a los voluntarios se les unieron varios pequeños a cantar y bailar "Soy una taza, una tetera...". Después, Gloria contó la historia de un reino en el que las mujeres no paraban de trabajar y, por intercesión de la reina, el rey otorgó un día de fiesta para reconocer la labor de las mujeres. Mientras Gloria contaba el cuento, los niños, disfrazados, interpretaban a cada uno de los personajes.
Después le llegó el turno a dos amigas de trapo que intentaban convencer a una tercera de que no debía estar triste porque su madre no había podido acompañarla al médico. Al contrario, debía estar contenta porque su madre trabajaba y podía comprarle cosas, y le dijeron que ella debía ayudarle en casa. Algunos de los niños le sugirieron a la muñeca algunas tareas que podía hacer para ayudar a su madre.
Los últimos en llegar fueron los payasos Colorina, Tonino y Tano, que acabaron haciendo globoflexia con los pequeños.
Una madre comentaba que gracias a la labor de estos voluntarios, "a los niños se les hace menos pesada la estancia aquí. Se lo pasan muy bien". Otra señalaba que a ella también le servía de distracción, que estas actividades y pequeñas actuaciones le alegraban y le despejaban.
A los voluntarios también les reconforta sus visitas al hospital. "Venimos a dar y luego nos damos cuenta de que los que nos dan son ellos, a través de la sonrisa. Nos dan un impulso en el día a día para seguir luchando", señalaba Gloria. A Pepi, le aporta "mucha alegría el ver a los niños contentos el ratito que pasan con nosotros". Manuel Solla, el payaso Tonino, asegura que "el ver a un niño enfermo sonreirte y darte un beso, te paga con creces todo lo que estás haciendo". Y a Marta, lo que más le llena es "poder hacer felices a los niños aunque sea un rato. Dentro de todo lo negativo, ofrecemos un momento de diversión y evasión".
Todo por una sonrisa comenzó su andadura en el hospital Puerta del Mar en julio de 2002. Al año siguiente se incorporaron al hospital Virgen Macarena de Sevilla y en 2004 al hospital Materno Infantil de Málaga. Actualmente cuenta con unos 20 voluntarios en Cádiz y 90 en toda Andalucía.
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