Infraestructuras

El soterramiento de la avenida del Puerto en Cádiz daría lugar a indemnizaciones

Entrada al aparcamiento subterráneo de Canalejas.

Entrada al aparcamiento subterráneo de Canalejas. / Jesús Marín

A mediados de diciembre de 2010 Interparking abría la ampliación del aparcamiento subterráneo de Canalejas. Esta empresa se había hecho con la construcción del mismo por más de seis millones de euros y, de esta manera, se podía unir al antiguo que ocupaba toda la parte inferior al Paseo de Canalejas.

Esa construcción de la ampliación se hizo tras el debate que se produjo en la ciudad cuando el entonces portavoz del Grupo Municipal Socialista, Rafael Román, presentó el proyecto de la Gran Plaza del Mar que integraría el muelle con la ciudad mientras que el tráfico pasaría a estar soterrado.

Ahora, el concejal de Urbanismo, Martín Vila, ha vuelto a reabrir el debate con un proyecto municipal dentro del plan de integración muelle ciudad y que pasaría a soterrar toda la Avenida del Puerto, precisamente la zona por donde discurre la ampliación del aparcamiento de Canalejas.

Tras la negativa del equipo de Gobierno comandado por Teófila Martínez, finalmente se optó por ampliar el aparcamiento de Canalejas después de que Interparking comprara las acciones a Egasa, la empresa formada por empresarios gaditanos que había gestionado el estacionamiento desde su inicio.

Quien dirigió entonces la concesión de este aparcamiento subterráneo y todos los que proliferaron por la ciudad durante aquellos años fue José Blas Fernández, que era concejal de Economía y Hacienda y presidente de Emasa, la empresa municipal de aparcamientos.

Fernández recuerda que a partir de ese momento se le cedió por 50 años y, además, hubo un permiso para que pudieran actualizar las tarifas, que estaban muy por debajo del mercado.

A todo el dinero que se invirtió en la construcción del aparcamiento, que ascendió a más de seis millones de euros, en el caso de que el Ayuntamiento de Cádiz decidiera llevar a cabo este proyecto, tendría que afrontar indemnizaciones millonarias por el lucro cesante, es decir, la pérdida del negocio hasta que se cumpliera el final de la concesión. Hay que tener en cuenta que este es un estacionamiento subterráneo que a diario, sobre todo en horario de mañana, tiene que poner en numerosas ocasiones el cartel de completo.

A ello hay que unirle el propio coste del propio proyecto municipal en sí, que tendría que hacerse con un aparcamiento ya construido y que cuenta con numerosos pilares que están situados cada tres plazas de aparcamiento uno y otro lado. Asimismo, cuando Interparking hizo las obras que concluyeron en el año 2010, se encontraron con algunos fragmentos de la antigua muralla, que tuvieron que conservarse. Si el soterramiento se alarga durante más metros, se corre el riesgo de que se encuentran más tramos.

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