En el exterior de la Facultad de Medicina, plaza de Fragela, dos azafatas de una marca de bebidas energéticas repartían latas gratis. Alas para volar en los exámenes o para reponer fuerzas tras los días de insomnio preparando la Selectividad. Los alrededores del Teatro Falla se iban llenando de estudiantes que había terminado la segunda de las pruebas, la de idiomas. Ana Ruiz, del IES Poeta García Gutiérrez de Chiclana, mostraba su satisfacción por la opción de Lengua y Literatura, la primera de la mañana, que contenía un fragmento del libro 'Los girasoles ciegos'. “Lo habíamos trabajado en clase”, reconocía. Contentos salían también Rodrigo Bianchi y Agustín Sánchez, del IES Fernando Aguilar de la capital, tras las pruebas de Lengua e Idiomas. “Queda lo peor, el examen de Historia. Es mucha materia”, decía el primero de ellos. Deseaba que cayeran los gobiernos democráticos. Sánchez, por su parte, ansiaba como pregunta el Sexenio Revolucionario. Sus gozos en un pozo. La Dictadura de Primo de Rivera y el Proceso de desamortización y cambios agrarios fueron finalmente las opciones a elegir. Eso sí, ambos coincidían en que Los girasoles ciegos había sido una bendición.

"Queda lo peor, el examen de Historia. Es mucha materia”

Cada estudiante con sus deseos, según lo estudiado o lo más repasado. Manu Navarro, de San Felipe Neri, satisfecho tras hacer las pruebas de Lengua e Inglés, esperaba La Guerra Civil Española. Sus previsiones se vinieron luego abajo, pero seguro que no le importó porque había “estudiado mucho”, sobre todo para las materias específicas. En el horizonte, no muy lejano, estudiar Ingeniería del Software en Sevilla. Navarro se disponía “a repasar unos esquemas de Historia”.

“Lengua bien, inglés peor”. Marina, del IES La Janda (Vejer) tenía puestas sus esperanzas en el examen de Historia. “Espero que caiga Primo de Rivera”. ¡Bingo! Acierto de pleno. Su compañera Antonia admitía que había pasado más de una noche en vela estudiando para la Selectividad. Las dos no dejaban de repasar apuntes. A su alrededor, cientos de historias, miedos y sueños distintos. La reválida de cada año, la que puede cambiar sus vidas.