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Cádiz Ilustrada Opina

El otro saqueo de Cádiz

Excavaciones arqueológicas en el chalé de Cerón.

Excavaciones arqueológicas en el chalé de Cerón. / Lourdes de Vicente

El pasado 23 de mayo apareció en Diario de Cádiz la noticia de que, al no haber espacio en la ciudad de Cádiz para exponer los nuevos restos arqueológicos que habían aparecido en el antiguo chalé de Cerón en la avenida de la Marina, frente al Instituto Hidrográfico, se los iban a llevar, con el beneplácito de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Cádiz, al cementerio mancomunado de Chiclana.

El argumento esgrimido era, al parecer, que ya no queda ningún espacio en la ciudad de Cádiz donde situar las diecisiete tumbas púnicas aparecidas en las excavaciones arqueológicas. Lo lógico es que esos vestigios de nuestro pasado se conserven ‘in situ’ y que, si hay que compensar al constructor lo sea en altura para que no haya detrimento de los beneficios que tenía pensado obtener. Aunque desde Cádiz Ilustrada vamos a dar cuatro opciones donde podrían ser ubicados para que los restos arqueológicos no salgan de nuestra ciudad.

Primera opción: dejarlos ‘in situ’, en la planta sótano del edificio, con la pertinente modificación arquitectónica del proyecto y su necesaria compensación de los volúmenes y alturas previstas. A tan solo 50 metros del chalé de la familia Cerón en los números 5 y 7 de la calle General Ricardos, apareció en 1985 un conjunto funerario (columbarios romanos) que se conserva en el sótano del edificio que se construyó, aunque lamentablemente no se pueden visitar.

Segunda opción: situar los restos hallados en el parque Celestino Mutis (zona del auditorio Costa Rica, de 13.700 metros cuadrados), lugar que se explanó en la Punta de la Vaca para la Exposición Marítima Internacional de 1887, y que después sirvió para la instalación de los Astilleros de Vea Murguía. Este parque está tan solo a 350 metros del chalé de Cerón y además tiene el añadido de que la zona está declarada BIC con la tipología jurídica de Monumento, ya que en él apareció un conjunto de tres tumbas y en su interior el sarcófago antropoide masculino fenicio que se encuentra en el Museo de Cádiz.

Tercera opción: justo en el solar inmediato a los columbarios de General Ricardos, esquina a Juan Ramón Jimenez, conocido como ‘chalet de la Porteña’, se han excavado otros restos de necrópolis donde aparecieron enterramientos con ajuares y un conjunto de columbarios que en este caso se han trasladado, sin desmontarlos y en una sola pieza, hasta el parque Kotinoussa (8.300 metros cuadrados) que junto con el parque Erythheia (11.700 metros cuadrados) forman el Conjunto Gadeiras, en el lugar de los antiguos cuarteles de Varela. En La Porteña ha aparecido un santuario, presumiblemente dedicado a Tanatos, que ocupaba una gran parte del solar, con restos de tambores de columnas y la delimitación de los espacios que lo componían. También ha aparecido lo que parece ser una puerta en la delimitación con los números 5 y 7 de la calle General Ricardos.

Nunca puede ser un argumento, que no se sostiene con la realidad de la ciudad, saquear el patrimonio y la historia de Cádiz, diciendo que no hay sitio para exponerlos. Un simple paseo por el parque de Erytheia nos muestra que hay espacio suficiente para ubicar los restos de los dos chalés, y en caso necesario se ampliaría al otro parque del Conjunto, el de Kotinoussa, donde ya existen los restos de una casa de la época romana de 145 metros cuadrados.

Al concentrar los hallazgos arqueológicos en el Conjunto Gadeiras y en los jardines de Blas Infante (plaza de Asdrúbal: 6.400 metros cuadrados) que están en frente separados por la Avenida, tendría como objetivo el poder establecer un Centro de Interpretación de la Arqueología Gaditana al aire libre, en la línea con lo que dispone la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía en su Título IX sobre Conjuntos Culturales: “Los conjuntos culturales se regirían por lo dispuesto en la legislación reguladora de museos, sin perjuicio de las previsiones contenidas en esta ley, en su reglamento de desarrollo y en lo que disponga la respectiva norma de creación del conjunto”. En el Conjunto Gadeiras y los jardines de Asdrúbal hay espacio suficiente para que se puedan exponer al aire libre las diecisiete tumbas púnicas del chalé de Cerón y los importantes hallazgos que han apareciendo en el de La Porteña.

Cuarta opción: en el futuro parque de la Memoria, o del Descanso (antiguo cementerio de San José) en sus 21.500 metros cuadrados hay espacio de sobra para colocar estas tumbas y ochenta más, aparte de los panteones y mausoleos que aún quedan allí, y que posiblemente también intenten llevárselos a Chiclana. Toda Puertatierra era una enorme necrópolis púnica y romana, y es aquí donde se deben conservar estas tumbas, y no en una finca colindante con el Mancomunado totalmente fuera de contexto. Aunque, lo razonable es que vuelvan a traer a Cádiz y depositarlos en el futuro parque, los mausoleos de las familias Carranza y Moreno de Mora, además del resto de alcaldes de Cádiz, más los bustos que hay de ellos en el mancomunado. Despojar a Cádiz de su arte necrológico, y de su historia, es un despropósito que la ciudad no puede ni debe consentir. El recorrido de la cultura necrológica de Cádiz tiene que estar en Cádiz, y no en otra ciudad, con independencia de posibles ideologías políticas.

En la introducción de la Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico (1990) del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, que España tiene ratificada e incluida en su Ley de Patrimonio transferida a la Comunidad Autónoma Andaluza con la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía de 2007, dice lo siguiente: “Algunos elementos del patrimonio arqueológico forman parte de estructuras arquitectónicas y, en este caso deben estar protegidos de acuerdo con los criterios relativos al patrimonio de ese género, estipulados en la Carta de Venecia de 1964 sobre restauración y conservación de monumentos y lugares de interés histórico-artístico; otros forman parte de tradiciones vivas de la población autóctona, cuya participación a través de grupos locales de carácter cultural, resulta esencial para su protección y conservación”.

En el artículo 6 de la Carta pone lo siguiente: “Conservar in situ monumentos y conjuntos debe ser el objetivo fundamental de la conservación del patrimonio arqueológico. Cualquier traslado viola el principio según el cual el patrimonio debe conservarse en su contexto original. Este principio subraya la necesidad de una conservación, una gestión y un mantenimiento apropiados. El compromiso y la participación de la población local deben impulsarse y fomentarse como medio de promover el mantenimiento del patrimonio arqueológico”.

En la ratificación que hace España del Convenio Europeo para la protección del patrimonio arqueológico (revisado), hecho en La Valeta el 16 de enero de 1992, Publicado en: BOE número 173, de 20 de julio de 2011, páginas 80110 a 80119. Dice en su artículo 4. ii: “La conservación y mantenimiento del patrimonio arqueológico, preferentemente in situ”.

Esta Carta y Convenio no se cumple en el caso de los restos arqueológicos hallados en el chalé de la familia Cerón, ya que al ser convenios ratificados y publicados en el Boletín Oficial del Estado, tienen que cumplirse todos sus mandatos y, estos dejan muy claro que la conservación debe realizarse in situ, y en todo caso en la localidad donde aparecen los restos arqueológicos.

Por este motivo es por lo que exigimos a las administraciones competentes que ya que no se van a conservar ‘in situ’, sí lo hagan en alguna de las propuestas que hemos realizado en este escrito, porque cualquier traslado fuera de la ciudad viola el principio según el cual el patrimonio debe conservarse en su contexto original. En los espacios reseñados anteriormente se cuenta con una superficie total de unos 61.600 metros cuadrados, equivalente a 7,7 estadios de fútbol, espacios más que suficiente para exponer nuestro patrimonio arqueológico. La idea del traslado/saqueo de los restos que han aparecido en el chalé de Cerón es una decisión que atenta contra los intereses de la ciudad de Cádiz y de los gaditanos.

Cádiz Ilustrada asume el compromiso y la participación, como parte integrante de la población local, en la defensa nuestros intereses e impulsar y fomentar el mantenimiento del patrimonio arqueológico de Cádiz. Este compromiso hace que nos preguntemos cómo es posible que este traslado haya tenido el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio y la delegación de cultura del Ayuntamiento, además de los órganos consultivos correspondientes.

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