¡Ha salido El Conciso!
Una fecha clave del bicentenario Los 200 años de una cabecera emblemática
Hoy se cumplen 200 años del primer número del periódico que alumbró en Cádiz el periodismo político español
Como todos sabemos, un periódico no sirve para nada. Un día, pongamos un 24 de agosto de 1810 en Cádiz, sale a la calle un periódico por primera vez recordando que es el aniversario de la proclamación de Fernando VII; y otro día, pongamos un 11 de mayo de 1814, sale ese mismo periódico en Madrid dando la bienvenida a Fernando VII, El Deseado, diciendo "todos esperamos en él a un buen padre". Como recuerda Antonio Checa Godoy en su libro Prensa española durante la guerra de la independencia, al día siguiente de que ese periódico clamara por el buen padre, Fernando VII llegó a Madrid... y se inició la represión. El periódico del que hablamos era El Conciso, la publicación más influyente de las centenares que nacieron y murieron durante al asedio francés. Hoy se cumplen doscientos años de que su primer número viera la luz en el Cádiz sitiado. Hoy es uno de esos días grandes de las celebraciones del Bicentenario. ¿Se escuchan fuegos artificiales? No, no se escuchan.
Tal día como hoy, un hombre que a ratos tocaba la guitarra y que tenía origen vasco, Gaspar María de Oguirando, sacaba con un pequeño grupo de amigos -uno salmantino, otro gaditano... todos ellos huyendo del francés- las seis primeras páginas de una publicación que iba a dar forma al periodismo político moderno. Un periódico, como sabemos, no sirve para nada. Muchos periódicos, y El Conciso aguantó hasta la llegada del indeseable deseado, pueden cambiar conciencias. ¿Se escuchan fuegos artificiales? No, no se escucha nada. Bicentenarios que pasan de puntillas. Suele pasar.
"Nunca ha sido más conveniente que en la época actual propagar cuantas ideas y noticias puedan ser utiles a la nación. Nadie es más charlatán, ni escribe más que los franceses, nadie es más modesto ni escribe menos que los españoles: esta ventaja que tienen aquellos para alucinar y seducir a los incautos, solo puede contrarrestarse multiplicando por nuestra parte diversos papeles y escritos para su confusión y para ilustración de los alucinados. Convencidos de esta verdad, nos hemos propuesto decir al público cuanto juzgamos útil y agradable, conciliando en lo posible con este objeto la economía de tiempo y dinero que no será indiferente a los lectores." Bien, fue así de sencillo. Hubo gente hace 200 años que entendía que el periodismo, y todo periodismo tiene algo de propaganda, era un arma bélica como cualquier otra. El Conciso fue un poquito más allá. Éstas que acaban de leer fueron sus primeras palabras. Por esta primera lección de autodefensa, Oguirando y sus colegas cobraban un real. Luego, mucho mucho tiempo después, el "nos queda la palabra" sería el lema del antifranquismo poético. Pues eso.
Fernando Santiago, presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, afirma que "la aparición del periódico El Conciso señala el nacimiento del periodismo español tal y como lo conocemos. O como dice José Álvarez Junco y Mari Cruz Seoane, el nacimiento del periodismo político moderno. El Conciso fue un periódico liberal, de pequeño formato y 2.000 ejemplares de tirada, lo que para la época era una altísima difusión dado los elevados índices de analfabetismo. Fue un periódico muy influyente, sobre todo entre los diputados liberales que conformaban la mayoría de las Cortes. Llegó a sacar un suplemento parlamentario, El Concisín, insertado en el periódico general. Trató los temas con sentido común y veracidad y buscó ser siempre un periódico completo y de información, a pesar de su reconocida tendencia".
No era necesariamente un panfleto, aunque abanderara el liberalismo en una ciudad aislada por la guerra pero no demasiado liberal. En El Conciso se encuentra por primera vez el significado de la palabra 'denuncia'. La información no era la mera transcripción ni valoración de lo que se estaba tratando en las Cortes. Se retrataba una realidad. Dice la historiadora Hilda Martin, referente en todo lo que afecta a la parte más científica y menos política de los fastos del Bicentenario, que "el diario El Conciso fue uno de los medios de comunicación más relevantes en el Cádiz de 1812. Empezó su andadura, decididamente liberal, cuando las Cortes se dieron cita en San Fernando para dar inicio a sus sesiones. Era uno de los periódicos mejor escritos y, desde el primer momento, apoyó a las Cortes y la Constitución que de ellas derivó. El Conciso informaba puntualmente, amén de los avatares y evolución de la Guerra de la Independencia, de las sesiones de las Cortes. Este diario, en alguna que otra ocasión, también sirvió para poner en conocimiento de la opinión pública algunos hechos lamentables. Cabe citar, por ejemplo, la denuncia que este diario hizo del estado del antiguo Hospital Militar de San Carlos, que se encontraba en San Fernando. Hay que decir, además, que El Conciso tenía, aproximadamente, una tirada de dos mil ejemplares diarios algo que, sin duda, es sorprendente teniendo en cuenta el nivel cultural de la época y los recursos de los que se disponía".
Qué situación tan extraña. ¡2.000 ejemplares! Tanto analfabeto y había un público, una audiencia. Lo que estaba sucediendo en las Cortes no era ajeno a la población y El Conciso, tal día como hoy, lo entendió. Entendió que era necesario.
Su publicación en Cádiz finalizó el 24 de septiembre de 1813, cuando parecía que casi todo el trabajo estaba hecho. Atrás quedaban decenas de anécdotas, incluso algún conflicto con algún diputado sin mucho sentido del humor. Porque El Conciso lo tenía cuando retrataba alguna sesión parlamentaria especialmente boba. Hoy, esto no es tan fácil de encontrar cuando se leen crónicas parlamentarias con más boato de lo que merecen los participantes.
Para la historiadora Hilda Martin, la lectura de sus páginas es la mejor forma de observar el cambio que se estaba operando en nuestro país. Oguirando quiso proseguir su éxito en Madrid cuando los franceses se desbandaron. Estaba el camino abierto para que llegara el Rey deseado. A aquel rey lo recordamos hoy como el rey felón. Y Fernando VII acabó de un plumazo con el país que El Conciso, el periódico que lo deseó, había soñado. Como se sabe, un periódico no sirve para nada. Al menos, para Fernando VII.
La Asociación de la Prensa realizó un gesto romántico hace unos años. Compró la cabecera. Pensó ver impresas, quizá alguna vez, esas letras de molde. "Estos muchachos...", diría Oguirando.
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