Los EIR (Especialistas Internos Residentes) de la provincia mantuvieron ayer una asamblea en el Puerta del Mar en el que decidieron, por una parte, secundar la jornada de paro que el Sindicato Médico de Andalucía ha convocado para el próximo día 23, y por otra estudiar la posibilidad de llevar a cabo otras medidas de protesta ante lo que consideran un abuso por parte del SAS.

Los médicos residentes consideran que ya han soportado bastantes recortes sostenibles, como la disminución del 10% en la retribución por hora de trabajo, la eliminación de la paga de Navidad o la disminución de los días de libre disposición. Lo que ha colmado el vaso de su paciencia ha sido la decisión del Gobierno de aumentar las horas de trabajo semanales a 37,5, que ha traído aparejado que el SAS deje de abonarles diez horas al mes, horas que sí trabajan. Esta medida de la Junta de Andalucía está siendo aplicada de diferente manera en cada hospital y los residentes se quejaron ayer de que nadie les había explicado por escrito la medida. Los EIR, los popularmente conocidos como MIR, aunque ahora son especialistas porque además de médicos internos residentes también hay farmacéuticos, biólogos, matronas y otras especialidades, se hacen cargo de la grave crisis económica que atraviesa el país, pero advierten que su sueldo base es de 1.000 euros al mes, cantidad que abona el Gobierno central, por lo que la Junta sólo se hace cargo de las horas extras, y que el hecho de que les sigan recortando dinero y privilegios les hace sentirse maltratados. Además, hay que tener en cuenta que los MIR están obligados a firmar un contrato de exclusividad con el SAS, por lo que no pueden trabajar en ninguna otra consulta. Sus contratos se prorrogan anualmente, según los años que necesiten su especialidad.

Los residentes recuerdan que en comunidades como Madrid, Murcia o Castilla-La Mancha se aumentó la jornada con horas dedicadas a la investigación o la docencia, y advirtieron que en la mayoría de los casos su trabajo no concluye con las horas estipuladas, sino que están muchas tardes haciendo diversos trabajos o continuando con su formación.

Otro de los puntos que se acordó en la reunión de ayer fue solicitar la dimisión del jefe de estudios de los EIR, que también ostenta otra cargo en el SAS, ya que consideran que no ha defendido sus intereses como debiera y que esa duplicidad le ha hecho situarse más cerca de la gerencia que de ellos. "Hemos sentido mucha indefensión", comentó un residente, que advirtió que desde los sindicatos les han dicho que cualquier cambio en sus condiciones debería haber sido aprobado por su comité, y que sin embargo el SAS en ningún momento se ha dirigido al mismo. Consideran que con estas medidas el SAS se quiere ahorrar unos 1.200 euros al año por cada residente.