Dice que no lo está notando demasiado. Antes de todo esto, su día a día también se basaba en trabajar en casa toda la mañana hasta el mediodía, cuando recogía a sus hijas del colegio. "Realmente, por mi curro, este es mi estilo de vida", asegura David Monthiel, autor de Nuestra Señora de la Esperanza, Las niñas de Cádiz o Carne de Carnaval. "No hay que volverse loco".
Quizás lo único que sí echa un poco más de menos es el paseo que consigue despejarle. A pesar de ello ha establecido límites que no se sobrepasa, como el uso de WhatsApp "donde abundan los rumores y el componente del miedo" o "intentar que no prime lo audiovisual". Sólo un poco de internet y redes sociales para estar conectado al Coronavirus Interband Ensemble, un proyecto colectivo para crear a partir de bases y melodías que pueden sobregrabarse y subirse de nuevo a la red.
Dentro de todo lo malo, David también ha encontrado cosas positivas. Y no sólo una, sino tres. "Por primera vez nos está pasando a todos algo a la misma vez. Estamos recuperando el sentimiento de comunidad que estaba perdido entre los intereses personales", asegura. "También creo que este patrón, que parecía que nunca iba a ocurrir, nos ha venido bien y nos cuestiona el modelo de vida que llevábamos" y por último y lo más importante. "Ya no hay excusas para no leer. Nada en concreto. Simplemente el libro que tengas más cerca; pero eso sí: que no trate sobre distopías ni pandemias".
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