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Cádiz

El radar que no descansa

  • El Ayuntamiento ha intensificado las actuaciones para controlar la velocidad, sobre todo en lugares de 40 kilómetros por hora, pero no facilita el número de multas ni lo recaudado

El lunes de la semana pasada agentes de la Policía Local paraban prácticamente en las puertas del muelle pesquero a coches y motos que iban acumulando una fila de al menos seis vehículos. Unos 250 metros atrás, en la puerta de astilleros un coche de la Policía Local permanece agazapado con el radar en su salpicadero dispuesto a cazar a los incautos que sobrepasen el límite de velocidad, que en este caso está en 40 kilómetros por hora.

Nueve y cuarto de la mañana de un día cualquiera, una pareja de agentes de la Policía Local introduce el radar en el maletero de un Kia Sportage gris que se encuentra aparcado delante de la Policía Local, en la cuesta que da a un lado del edificio. En ese mismo sitio hay aparcados numerosos vehículos policiales pese a que ocupan un carril de circulación, protegido hasta hace poco con una señal que dice prohibido aparcar "excepto vehículos de la Policía Local. Lo que era una costumbre y un mal ejemplo, al final ha sido apoyada por la señal, a pesar de que un poco más abajo cuentan con una buena parte de la acera de la Tribuna del Estadio para vehículos policiales y también más plazas en Telegrafía sin Hilos.

Ese mismo Kia Sportage estaba poco después en la Cuesta de las Calesas apostado en un estacionamiento de zona azul junto al aparcamiento descubierto de Emasa con el radar ya en el salpicadero pillando a los vehículos que sobrepasaran la velocidad permitida, que en este caso también era de 40 kilómetros por hora.

En esa misma cuesta hace una semana varios policías locales paraban también a los vehículos para hacer un control, pedir la documentación y comprobar que todo estuviera en regla.

Esta intensificación de todas estas medidas da como lugar casos en las que en el plazo de tres meses la misma persona haya recibido hasta tres multas por sobrepasar por pocos kilómetros el límite de velocidad en la Cuesta de las Calesas.

El debate de siempre está servido. ¿El radar debe cumplir una función preventiva para aquellos que suelen pasarse los límites de velocidad o la simplemente recaudatoria?

En el caso de Cádiz llama la atención de que los radares se ponen con cada vez mayor asiduidad en los lugares en los que se puede circular como máximo a 40 kilómetros por hora con lo cual la posibilidad de superarla es mucho mayor.

El Ayuntamiento directamente no facilita los datos de los números de multas por radar, ni las de este año , ni las anteriores para tratar de compararlas. Ni siquiera lo hicieron en el Pleno municipal cuando fueron requeridos por el Grupo Municipal Socialista. Tampoco del dinero que genera eso para las arcas municipales.

Hace meses el equipo de Gobierno presentó una campaña en una Junta de Gobierno Local en el que se iban a incrementar determinados controles, no sólo en lo que se refiere al tráfico.

El radar antes salía de manera esporádica y en muchos casos se ponía en lugares bien visibles, donde se actuaba de una manera preventiva. Ahora es completamente distinto porque sale casi a diario, a veces por la mañana y también por las tardes y al aparato de control de la velocidad se le une en ocasiones el vehículo que hace un barrido de los aparcamientos y caza al coche o moto que esté mal estacionado sin que los agentes que bajar ni siquiera del mismo.

Evidentemente las normas están para cumplirlas y al que se caza por sobrepasar el límite de velocidad está cometiendo una ilegalidad, pero la reiteración de los controles crea malestar a muchos ciudadanos, algunos de los cuales se han puesto en contacto con este periódico. Así, creen que se han intensificado estas labores precisamente en el momento en el que la población se encuentra en peor situación económica, aunque también lo está el Ayuntamiento y termina siendo al final una fuente más de ingresos.

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