Hace nueve años el arquitecto y promotor Honorio Aguilar puso en marcha un proyecto muy ambicioso: la conversión de la Casa del Almirante en un hotel que, además, sería el primero con la categoría de cinco estrellas en la ciudad. Iba a contar con una veintena de habitaciones con el mismo estilo del coqueto Hotel Bellas Artes que el inversor había puesto en marcha en Jerez.

Las dificultades de actuar en un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural además de los habituales problemas de financiación en este tipo de obras ralentizó primero la operación para, después, paralizarla cuando apenas quedaba el 20% de la actuación por ejecutar.

Desde 2011 el arquitecto está intentando concluir la construcción del hotel, que en el barrio del Pópulo donde se ubica ven como algo esencial para la zona, tanto como el Valcárcel para la Viña.

Ya el pasado año estuvo a punto de conseguirlo. "Hubo un acuerdo con una constructora para empezar en el mes de enero pero al final la empresa entró en concurso de acreedores" y la operación volvió a quedarse estancada.

Ahora, Aguilar vuelve a moverse para activar del nuevo proyecto, garantizando también la financiación como la localización de una constructora que concluya las obras. Su intención es que en el plazo de mes y medio o dos meses se puedan cerrar todas las negociaciones para, así, intentar reanudar las obras del hotel en el más breve plazo posible.

Si finalmente la promotora puede reiniciar las trabajos se encontrará ya con toda la estructura del edificio, de grandes dimensiones, ya terminada, así como la tabiquería y los aseos, siempre respetando las exigencias que en su día planteó la Comisión de Patrimonio al ser un edificio con la máxima calificación de protección.

Junto a este hotel, el barrio del Pópulo tiene pendiente, para afianzarse en una zona de gran relevancia turística, la apertura del Teatro Romano y el Centro de Interpretación que le acompaña, ambos sin fecha de inauguración por parte de la Junta.