El rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, ha anunciado esta semana que los presupuestos para la institución se van a congelar para el año 2020, tanto que sólo se va a incrementar un 0,01% y se rompe de esta manera con una dinámica de crecimiento que se había tenido desde el año 2014.

Desde entonces, el año en el que se tocó el suelo tras un período de crisis y recortes por el descenso de financiación por parte de la financiación de la Junta de Andalucía y la menor disponibilidad de ayudas para la investigación, se había recuperado la senda del crecimiento de manera que en cinco años se había llegado a incrementar en un 30% el presupuesto Así, de los 127 millones de 2014 se llegó a los 165 millones de 2019, cifra que se mantendrá en 2020 en los primeros presupuestos que firma el nuevo rector.

La financiación autonómica es un elemento frecuente de reclamación de todos los rectores andaluces. No hay un discurso de apertura del curso académico en el que no se produzcan críticas y ruegos de que el sistema ha de mejorar para poder mantener el sistema universitario público.

Piniella centró el otro día la justificación para no hacer subir los presupuestos en dos elementos. Por un lado el incremento excesivo que iba a tener el capítulo I de los presupuestos, es decir, los destinados a Personal. ¿Esto es algo exclusivo de la Universidad de Cádiz? La respuesta es negativa. El anterior Gobierno socialista, apenas unos meses antes de las elecciones que le llevaron a perder el sillón de San Telmo, llegó a un acuerdo con los sindicatos por el que se subían una serie de complementos que ahora deben aplicar todas las universidades andaluzas. La fiesta no la pagaban ni unos ni otros. Esto ha disparado este capítulo, de tal manera que la financiación operativa en el año 2019 se pusiera ya al 98%.El rector decía que había un desfase de 20 millones y se ha visto obligado a hacer recortes en muchas partidas, sobre todo en infraestructuras.

El otro argumento es el de la citada financiación autonómica. El sistema es desigual, según Piniella, y favorece a las universidades más grandes en el reparto. Si se hace el símil futbolero, es lo que pasaba hasta hace poco con los derechos televisivos. El Real Madrid y Barcelona se comían gran parte de la tarta con una diferencia abismal sobre el resto. En el caso de las universidades, Sevilla y Granada son los dos gigantes y para ello tratan de mantener su status quo, mientras que los demás tratan de rascar todo lo que pueden.Y es que el asunto de la financiación autonómica es un proceso duro y riguroso de negociación entre los rectores.

Este es un sistema en el que las universidades tienen que hacer sus presupuestos del año sin conocer los fondos que van a recibir de la Junta, es decir, las cuentas de 2020 han sido aprobadas ahora pero hasta varios meses después no sabrán cuánto van a llevarse de la tarta autonómica.

Piniella alertó el otro día por una menor aportación autonómica, por lo que ha decidido ser más conservador en el aspecto presupuestario.

Las universidades públicas andaluzas están haciendo públicos sus presupuestos para el año 2020. Granada, uno de los gigantes, aumenta un 13% sus presupuestos de cara al año que viene. Si el sistema es tan poco igualitario, se podría explicar ese aumento de los presupuestos.

Sin embargo, dos que son más pequeñas que la de Cádiz, como son el caso de Córdoba y Huelva, se van a ir en el primero de los casos por encima del 6% y en el segundo más del 4%. Un poco más bajos son los casos de Almería y Jaén, que también son de menor tamaño que Cádiz, que lo aumentan en un 2%. Málaga los ha prorrogado a la espera de que en el primer trimestre del año puedan sacarlos porque ha habido cambio de rector recientemente, mientras que en Sevilla todavía no se conocen.

En este sentido, Cádiz es la única que no va a crecer de todos los que se han hecho públicos en un marco en el que todos sufren los mismos condicionantes del incremento del gasto de personal y la financiación.