josé manuel garcía gil. director del colegio argantonio

"Hay que preparar a los niños para un futuro que se antoja muy incierto"

  • El centro gaditano cuenta con una amplia cartera de servicios y multitud de actividades extraescolares Una de sus apuestas ha sido incorporar el idioma alemán desde Infantil

-Acaba de empezar el proceso de escolarización para el curso 2016/2017. ¿Qué enseñanzas ofrece el colegio Argantonio?

-De acuerdo con los criterios establecidos en la normativa, ofrecemos a los padres todas las enseñanzas, desde Educación Infantil hasta Bachillerato, siendo privada esta última etapa.

-Además de la oferta educativa, ¿con qué servicios cuenta el centro?

- Entre los servicios que prestamos están un gabinete médico, un gabinete psicopedagógico, un aula de Audición, Lenguaje y Logopedia, un aula matinal y comedor con cocina propia. También contamos con numerosas actividades extraescolares, entre ellas un Club Infantil y Juvenil, un aula de robótica, la Escuela de Arte, la Escuela de Música, un taller de marionetas y otras actividades relacionadas con los idiomas y el deporte. De entre todos ellos, destacaría la presencia permanente y activa de un médico en el colegio lo que es, sin duda, una seguridad para el centro y, sobre todo, para los padres y alumnos.

-En cuanto a las instalaciones, ¿qué puede contarnos acerca de ellas?

-La mayoría de las aulas y edificios son modernos, están bien mantenidos y, además, se hacen adecuaciones constantes. Pero la clave de las instalaciones está en la organización y en el uso de los espacios, en la creación de un ambiente estimulante, distendido e informal de aprendizaje. Hay que aprovechar esos espacios y aprender también fuera de las aulas: en el laboratorio, en el huerto escolar, en la biblioteca, en los jardines, en el barrio… Hemos de reconectar a los niños con la realidad de nuestra naturaleza y de nuestro entorno, volver a lo esencial, a la sofisticación de la sencillez, volver a sintonizar con lo que es bello, verdadero y bueno para nuestros alumnos.

-¿Qué novedades aportará el centro el próximo curso?

-Seguiremos apostando por la calidad, convencidos de que contribuye a mejorar el rendimiento de nuestro centro, a modernizar sus estructuras y a ofrecer un mejor servicio a los alumnos y a las familias.

Del mismo modo, seguiremos con la formación continua de nuestro profesorado atendiendo a las necesidades que nos plantean los cambios educativos y tecnológicos. Ellos son la clave para motivar y formar. Siendo uno de los atractivos de los centros escolares el que dispongan de pantallas interactivas digitales y de dispositivos electrónicos, no perdemos de vista que la educación individualizada que puede dar una tableta no es la misma que la educación personalizada que sólo un maestro es capaz de ofrecer. Ese trabajo no lo puede realizar una herramienta digital porque ese discernimiento requiere sensibilidad. Y la sensibilidad es profundamente humana, no digital.

En ese sentido, las nuevas tecnologías (tabletas en Infantil y segundo ciclo de Primaria) están incorporadas a las aulas. Las tecnologías están al servicio de la enseñanza y no al revés. No tienen sentido los cambios si no contemplan los fines de la educación. Creemos que sigue siendo bueno escribir a mano y leer en papel y no sucumbir, sin preparación ni sentido crítico, al teclado y la pantalla.

Seguimos mejorando nuestra apuesta por el bilingüismo y por la incorporación del alemán desde Infantil y, en definitiva, por la mejora de un proyecto de centro actualizado y adecuado a las necesidades del entorno y la sociedad.

-Argantonio es el único colegio concertado de Cádiz que no fue fundado por una orden religiosa, ¿bajo qué valores se fundó y por qué valores siguen apostando?

-Somos un centro educativo que desde su fundación trabaja para despertar y estimular el desarrollo integral y armónico de la persona en sus dimensiones individual, ética, social y cultural. Esta misión es la continuación de los ideales que el escritor José Manuel García Gómez puso en marcha al fundar este colegio en el año 1970.

Nuestro proyecto educativo respeta el pluralismo ideológico y religioso y trata de estimular los valores democráticos que derivan de la Constitución, desde la solidaridad, el respeto a los demás, la libertad, la responsabilidad, la tolerancia, el diálogo y la comunicación. Esto nos parece más enriquecedor y trabajando estos aspectos se consigue un desarrollo más armónico de la persona y como consecuencia una sociedad más plural, participativa y rica en valores.

-Imagino que ahora muchos padres tendrán dudas a la hora de escoger un colegio para sus hijos, ¿qué aspectos considera que son los que deben tener en cuenta?

-No se puede satisfacer a alguien si no sabes cuales son sus necesidades, lo que buscan, lo que valoran. Esos son los aspectos que nos interesa conocer. Nosotros tratamos las preguntas y objeciones de los padres como oportunidades. También tenemos en cuenta que debemos hacer frente a los padres que vienen a conocer nuestro colegio como un ejercicio de transparencia. Los padres tienen que sentir que no se esconde nada. Nos preparamos y esforzamos en que se sientan bien tratados. Para tratar bien a alguien se requiere un trato personalizado, cercano y familiar y organización. Apostamos por esa hospitalidad, por una posición conscientemente abierta que facilite la confianza y la seguridad de los padres y alumnos.

-Desde su experiencia, ¿en qué momento cree que se encuentra la educación? ¿Piensa que el modelo educativo actual es acorde a los tiempos o se deben mejorar algunos aspectos?

-Vivimos en un momento de cambio del paradigma educativo. De grandes desafíos y oportunidades. Creo que hay mucho por hacer. No podemos educar para un mundo que se ha extinguido. Hay que preparar a las niñas y niños para un futuro que se antoja más incierto que nunca.

Por eso hay que armarlos con aquello que les vaya a ser útil y necesario cuando lleguen a él: la creatividad y la resolución de problemas, la capacidad de curiosidad y de asombro, de iniciativa y búsqueda, la confianza en la propia aptitud para descubrir las cosas, la apertura de puntos de vista ante una misma realidad o la competencia para expresar las ideas con convicción y con sentido crítico constituyen gran parte de nuestra tarea actual.

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